2 Tino Pertierra

-¿Se nos muere el libro de papel?

-Como el libro de papel goza de un diseño y funcionalidad únicos no parece que se halle en peligro de muerte. Eso sí, tendrá que compartir espacio con los e-books.

El pronóstico lo hace José Manuel Gómez, presidente del grupo Anaya que ha sumado a su vitrina de distinciones la medalla de oro al Mérito en las Bellas Artes. Nacido en la localidad piloñesa de Valle en 1948, Gómez se incorporó a Anaya en 1975, y la preside desde noviembre de 1998. Recientemente le fue concedida la más alta condecoración brasileña por el presidente Lula -«Comendador da Ordem do Cruzeiro do Sul»-, que se une a la Encomienda con Placa de Alfonso X El Sabio. Además, es «Chevalier de l'Ordre National du Mérite» de la Republica Francesa y pronto recibirá otra condecoración en Buenos Aires, lo que da una idea del prestigio que atesora tanto en Europa como en América. De hecho, es el presidente del comité de Alfabetización y Políticas del Libro de la Unión Internacional de Editores (con sede en Ginebra) elegido en asamblea (Fráncfort, 2007) formada por representantes de más de sesenta países. También es miembro del Comité Ejecutivo Internacional de Hachette-Livre (tercer grupo editorial del mundo con un volumen de ventas consolidadas de más de dos mil millones de euros y con sede en París), como responsable de las empresas y de las actividades editoriales en todo el mundo de habla española y portuguesa incluyendo las ediciones en estas lenguas en todos los países del mundo en los que hacemos coediciones.

-¿Tiene ya libro electrónico?

-Mejor diría que tengo un aparato lector de libros electrónicos, pues el libro, como de momento señala la Academia, es la «obra científica, literaria o de cualquier otra índole?» independientemente del soporte en que se presente.

-¿Un millón de libros publicados al día en España tiene lógica o es un disparate?

-Si consideramos que España es la cuarta potencia editorial mundial y la primera en lengua española, sí tiene su lógica. Además, el libro es el décimo producto español que más se exporta.

-¿El sector editorial aguanta mejor la crisis que otros o la sufre por igual?

-Es cierto que, aunque también la sufre, el sector editorial español resiste algo mejor la crisis. Los editores españoles hemos vivido ya varias etapas delicadas y algo hemos aprendido. Por otra parte, el libro es un bien de bajo precio comparado con otros, lo que también ayuda; por ejemplo, como regalo, si tenemos en cuenta la relación calidad/precio, no admite comparación.

-Si las mujeres dejarán de leer, ¿el mundo editorial dejaría de existir?

-Ese escenario es inimaginable. Pero, por dar una respuesta teórica a la pregunta, y sabiendo que un 51,5% de los hombres lee, habría que seguir editando para ellos.

-Cada vez hay menos librerías. ¿Debería protegerse al librero como al lince ibérico?

-Sería algo menos complejo. Bastaría que se ayudara a la implantación de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en las librerías y a su modernización.

-¿Habrá menos títulos y tiradas más pequeñas? ¿Más espacio para la buena literatura y menos para el best seller de descargar y tirar?

-Dudo que vaya a haber menos títulos, más bien al contrario, dada las facilidades que brindan las nuevas tecnologías. En cuanto a las tiradas, en función de la implantación de la impresión bajo demanda es de esperar que sigan descendiendo.

-Si el beneficio se reduce con el libro electrónico, ¿se reducirá el tamaño de las grandes editoriales o estamos ante la cuadratura del círculo?

-Estamos en un momento en que el mercado del libro electrónico es aún incipiente. Sólo crece de forma significativa en Estados Unidos y con un determinado tipo de contenidos. Estamos, pues, muy pendientes de lo que está sucediendo en el mundo y preparando cada etapa. En España ya hay más de 100.000 lectores electrónicos, de diferentes tecnologías, y seguirán apareciendo otros. Los editores iremos dando respuestas y haciendo propuestas.

-¿Los estudiantes llevarán algún día todos los libros en un soporte electrónico?

-No parece muy probable. También usarán libros de papel.

-¿Las editoriales pequeñas tienen futuro con lo que se avecina?

-Sin duda, y existen ejemplos de ello. Si encuentran su nicho, son creativas y gestionan bien la empresa, el futuro digital puede ser una oportunidad en vez de amenaza.

-¿Hay que temer a la piratería?

-Hay que combatirla enérgicamente. El primer objetivo es atacar a las grandes «empresas» de la piratería que se lucran de la creación y el trabajo de otros. La piratería perjudica enormemente la creación.

-La industria del disco o del cine no saben cómo enfrentarse a los nuevos tiempos del gratis total en internet. ¿La editorial aprenderá de sus errores?

-Los defensores del «gratis total» no se quejan de que el ordenador, la electricidad y la línea de ADSL o cable sean de pago, por lo que ese «gratis» es muy relativo y supone un desprecio del trabajo de los creadores y de la propiedad intelectual. Hay modelos de negocio en internet, por ejemplo i-tunes que, desde el respeto a los derechos de propiedad intelectual pueden darnos pistas.

-Si un libro de papel cuesta 20 euros, ¿uno digital cuánto debería costar? En Estados Unidos quieren imponer a las tiendas virtuales precios no muy inferior a los de papel?

-El precio, como el del libro de papel, ha de ser fijado libremente por el editor para garantizar la libre competencia. En la cadena de valor del libro en papel están los autores, editores, gráficos, distribuidores, libreros? en el modelo de libro en soporte digital pueden algunos de ellos tener que reconvertirse o desaparecer. Sin embargo, pueden aparecer otros actores, sobre todo tecnológicos, que pueden encarecer el resultado final.

-¿Qué papel desempeñaría una editorial en el proceso de elaboración del libro si no hay que diseñarlo ni distribuirlo?

-Habría que precisar de qué tipo de libro hablamos. Pero aunque todos fueran iguales, muy pocos serían los que servirían para ser impresos o se publicaran sin la intervención de un editor o editora. En mi opinión la editorial seguiría haciendo lo mismo, pero de manera diferente. Desde la concepción de su catálogo hasta la puesta en venta al público

-¿Se imagina una biblioteca en el futuro que sólo tenga terminales de ordenador para descargarse los títulos?

-¿Por qué no? Algunas especializadas ya son así. Pero no hemos de olvidar la labor de preservación del patrimonio bibliográfico que tienen las bibliotecas, por lo que es de suponer que coexistan pacíficamente los soportes papel y electrónicos en la mayoría de los casos.

-¿Cómo se gana para la causa lectora a los jóvenes que a los 16 o 17 años dejan de leer?

-Los adolescentes de hoy dedican una gran cantidad de tiempo a leer y escribir, pero de otra manera, por ejemplo en los blogs y en las redes sociales de internet. De hecho están empleando un lenguaje nuevo, que toma como base el español por así decir «canónico» pero que se separa de él tanto en expresión oral como escrita. La lectura, como tradicionalmente se entiende, requiere de estrategias eficaces de animación para que no vaya en decadencia. El papel de los bibliotecarios y otros animadores culturales resulta clave.

-¿Los planes de lectura obligatorios de clásicos son un «matadero» de posibles lectores?

-Ya no se leen tantos clásicos en las aulas. Reconozco que cuando se hacía no se trataba tanto de crear lectores sino más bien del enriquecimiento cultural de los alumnos y de su formación como personas. Felizmente, hoy existe más flexibilidad en la selección de títulos que hayan de ser leídos y hay buenos educadores que tienen muy en cuenta lo que seleccionan para propiciar en los alumnos el descubrimiento del placer de la lectura

-¿Si un escritor puede vender su propio libro por internet, ¿para qué necesita una editorial?

-Hay autores de grandes ventas de libros tradicionales que hicieron esos experimentos y no les fue nada bien.

-¿Se puede leer poesía en una pantalla? ¿Se debe?

-Yo no lo haría. Y sobre si se debe he de decir que suelo imponer muy poco.

-¿Veremos algún día novelas con música y cine incorporados?

-Los ya superados tecnológicamente CD-ROM ya incorporaban texto, audio y vídeo.

-¿Cómo será el periódico de mañana?

-Electrónico. Con muy pocas excepciones, entre las que podría encontrase la prensa gratuita.

-Con internet, la crítica «oficial» pierde influencia?

-A mi entender, desaparece su valor salvo que esté avalada. Cuando la crítica de todo y por todos se generaliza deja de ser constructiva.

-Como viajero habitual a Hispanoamérica, ¿hay algo que debamos aprender de allí?

-Siempre se puede aprender algo cada día. De la mayor parte de las gentes de Latinoamérica me conmueve su modestia y sencillez, de ellas podríamos aprender todos, mientras que me asusta la prepotencia de otros, de la que no cabe tomar ejemplo.

-¿Cómo ve un asturiano la situación de su tierra desde la distancia?

-Suelo mirar a Asturias desde la cercanía -Asturias, patria querida- aunque viva en la distancia. La veo con problemas similares a otras regiones de España pero con más ganas de superarlos. Si los asturianos fuésemos tan unidos dentro de nuestra tierra como lo somos fuera, seguro que estos problemas se resolverían más rápidamente.

-¿El ipad de Apple marca el camino o es un tanteo más?

-De momento es lo más parecido a lo que un editor inventaría. Es lo más sugerente para llevarse de vacaciones.

-Nunca se ha leído ni escrito tanto como ahora gracias a internet, pero ¿la red empobrece el lenguaje?

-Depende lo que en ella se lea o consulte. La red es como una herramienta útil que mal utilizada puede ser mortal. También para el lenguaje.

-¿La desventaja de España con los países más avanzados de Europa en niveles de lectores se corrige o aumenta? ¿Sirven de algo las campañas de fomento?

-La diferencia se va corrigiendo. Las campañas siempre ayudan y si van unidas con la creación y ampliación de bibliotecas públicas, mejor.

-¿Qué libros lleva en su maleta?

-Acabo de estar en Brasilia y un senador me obsequió con un libro muy interesante sobre la creación del Estado brasileño que el representa -Acre- que devoré en el avión. También llevo el libro «Quien sueña novela», de Raúl Guerra Garrido (Alianza), que fue ganador del último premio «Fernando Quiñones».

-¿Editar es un oficio o un arte?

-Es un arte y como todas las artes algunas veces mal entendida.