¿Quién es?

Catedrático de Biología Molecular de la Universidad de Oviedo. Codirige el proyecto español de los genomas del cáncer en el marco de la mayor investigación oncológica de ámbito mundial abordada hasta el momento. Ha formado parte del equipo fundador del Instituto Universitario de Oncología del Principado de Asturias (IUOPA)-Obra Social Cajastur.

¿Qué hace?

Investiga los mecanismos de progresión tumoral mediados por proteasas. Analiza las conexiones moleculares entre envejecimiento y cáncer. Estudia los genomas del cáncer. Es uno de los grandes expertos mundiales en análisis del genoma humano y ha contribuido a secuenciar el «libro de la vida» de varias especies (chimpancé, rata, ornitorrinco...). Las contribuciones de su grupo de investigación han quedado plasmadas en numerosos artículos publicados en los últimos años en revistas como «Nature», «Nature Medicine», «Nature Genetics» o «Nature Reviews Cancer».

¿Qué piensa?

-¿Avance más relevante en la lucha contra el cáncer de los últimos años?

-La introducción de las primeras terapias personalizadas dirigidas contra alteraciones moleculares características de distintos tumores.

-¿Clave para dar un salto de calidad en los tratamientos oncológicos y cuándo puede producirse ese salto?

-La identificación de las alteraciones genéticas y epigenéticas responsables del desarrollo de cada tumor en cada paciente y el desarrollo de terapias específicas para cada caso. En nuestro campo, el gran proyecto internacional de los genomas del cáncer y la introducción de nuevas metodologías para el análisis funcional de genes serán decisivos para el progreso futuro de la oncología. En ciencia, no es prudente hablar de plazos, pero al menos en lo relativo a la secuenciación de genomas tumorales esperamos tener resultados concretos en los próximos cinco años.

-¿Nivel de la investigación oncológica en Asturias y en España?

-Es un nivel adecuado o incluso superior al esperable si se considera la inversión realizada. De todas formas, no debemos olvidar que la distancia que nos separa de otros países, y especialmente de Estados Unidos, es enorme.

¿Quién es?

Nacido en Oviedo, estudió Medicina en Barcelona, donde se especializó en neurología. Se trasladó a Houston (EE UU), donde, en el prestigioso M. D. Anderson Cancer Center, es profesor y, además, desempeña las jefaturas de investigación tanto en el departamento de neuro-oncología como en el programa de tumores cerebrales.

¿Qué hace?

Su principal ocupación son los virus oncolíticos. Recientemente ha abierto una línea de investigación para usar estos virus como agentes generadores de vacunas contra el cáncer. Está especializado en los tumores cerebrales. Junto a su esposa, Candelaria Gómez-Manzano, es autor de unos cien artículos, entre ellos una serie en la revista «The Journal of The National Cancer Institute» en la que resumen la evolución de su trabajo desde el laboratorio hasta la cama del hospital.

¿Qué piensa?

-¿Avance más relevante en la lucha contra el cáncer de los últimos años?

-El diseño de moléculas que pueden identificar partes específicas de proteínas, muchas veces quinasas, que están anormalmente activas en células de cáncer, ha abierto la puerta a terapias dirigidas a dianas moleculares y de baja toxicidad. Ha sido un gran avance el uso de anticuerpos como fármacos. Otros avances, aún experimentales, incluyen el diseño de virus recombinantes con efectos exclusivos sobre células cancerosas. También se está avanzando de manera consistente en el uso de vacunas contra el cáncer.

-¿Clave para dar un salto de calidad en los tratamientos oncológicos y cuándo puede producirse ese salto?

-Una de las principales es conocer el contenido genético y proteico de las células de cáncer. Proyectos que estudian el genoma, como «The Cancer Genome Atlas», arrojarán más luz sobre las posibles dianas terapéuticas para nuevos y mejores tratamientos.

-¿Nivel de la investigación oncológica en Asturias y en España?

-Hay dos problemas: el número de individuos que se dedican a la ciencia y la limitada disponibilidad de recursos. El capital humano es la mayor ventaja de Asturias: viven y trabajan científicos con la mejor formación y el mayor equipamiento mental del mundo. Son pocos, pero geniales.

¿Quién es?

Natural de Pravia, tiene 40 años. Estudió Medicina en Oviedo y obtuvo el número dos nacional en el examen MIR. Se especializó en hematología en el Hospital Central de Asturias y, en paralelo, se formó como investigador con Carlos López Otín. En 1999 se trasladó al Dana Farber de Boston, y en 2005 se incorporó a la Universidad de Columbia (Nueva York), donde es profesor de Pediatría y Patología.

¿Qué hace?

Centrado en la leucemia, suma más de 50 publicaciones en las revistas más relevantes. Autor de hallazgos de carácter básico, también está especializado en investigación translacional, aquella que lleva a la práctica médica los descubrimientos realizados en el laboratorio.

¿Qué piensa?

-¿Avance más relevante en la lucha contra el cáncer de los últimos años?

-Los últimos diez años han sido los de la revolución genómica. ¿Cuáles son los genes del cáncer? ¿Cómo funcionan? ¿Cómo podemos neutralizarlos? Son preguntas centrales y la respuesta está en los genes. La secuenciación del genoma humano es el avance científico de mayor impacto, sin duda. En el ámbito preventivo, las políticas contra el tabaquismo, la introducción de la vacunación frente a la hepatitis B -implicada en el cáncer de hígado- y el desarrollo de la vacuna frente al papilomavirus -responsable del cáncer de cérvix- tienen el potencial de prevenir cientos de miles de casos.

-¿Clave para dar un salto de calidad en los tratamientos oncológicos y cuándo puede producirse ese salto?

-El punto de referencia es el desarrollo de drogas altamente específicas que sean capaces de neutralizar los efectos de las mutaciones del cáncer. Algunas ya están en la clínica y otras en fases avanzadas de desarrollo. Esto, unido a nuevas tecnologías de diagnóstico molecular, permitirá tratar a cada paciente con la mejor combinación de fármacos para su tumor.

-¿Nivel de la investigación oncológica en Asturias y en España?

-Hace diez años casi ni siquiera estábamos en el mapa. Hoy cualquiera de mis colegas aquí en Nueva York sabe lo que se hace en España. Pero que nadie se engañe. La sociedad del conocimiento no se construye en dos días y lo que hoy tenemos está cogido con alfileres.

¿Quién es?

Catedrático de Microbiología de la Universidad de Oviedo, es autor de más de 150 publicaciones y de 14 patentes.

¿Qué hace?

Una de sus líneas de investigación se centra en la ingeniería genética de rutas de biosíntesis de compuestos antitumorales producidos por microorganismos. Asimismo, trabaja en la generación de nuevos derivados con potencial de actividad antitumoral.

¿Qué piensa?

-¿Avance más relevante en la lucha contra el cáncer de los últimos años?

-La secuenciación de genomas. Los resultados no se verán a corto plazo, pero considero que permitirán grandes avances en el conocimiento de los mecanismos moleculares responsables de los tumores y el desarrollo de terapias para combatir esos procesos.

-¿Clave para dar un salto de calidad en los tratamientos oncológicos y cuándo puede producirse ese salto?

-Llegaremos a una «medicina personalizada»: cada uno será tratado con la terapia más adecuada a sus características genéticas y bioquímicas. Actualmente muchos tratamientos se utilizan de modo genérico: son eficaces para algunas personas y no tanto para otras.

-¿Nivel de la investigación oncológica en Asturias y en España?

-En Asturias, existe un buen número de grupos de calidad pertenecientes al IUOPA, algunos de ellos con gran prestigio internacional. A nivel nacional, disponemos de numerosos grupos de alto nivel (mayoritaria, aunque no exclusivamente, en Madrid y Barcelona).

¿Quién es?

Nació en Pola de Laviana y se doctoró en Medicina en Santiago de Compostela. Se especializó en oncología molecular en Milán y Nueva York. En 1994 se estableció en Salamanca. Es vicedirector del Centro de Investigación del Cáncer de esa Universidad y uno de los dos expertos españoles del programa de salud de la Comunidad Europea.

¿Qué hace?

Su grupo trabaja en diversas patologías oncológicas, que incluyen cáncer de mama, de ovario, de cabeza y cuello, así como hemopatías malignas como la leucemia mieloblástica o el mieloma múltiple. Estudia las propiedades biológicas de las células malignas. Uno de sus últimos trabajos sobre cáncer de mama obtuvo gran repercusión.

¿Qué piensa?

-¿Avance más relevante en la lucha contra el cáncer de los últimos años?

-Los fármacos de nueva generación, que atacan de manera específica a proteínas alteradas en diferentes tipos de tumores. Un ejemplo prototípico es el tratamiento de la leucemia mieloide crónica: antes mataba a los pacientes, ahora se controla con fármacos.

-¿Clave para dar un salto de calidad en los tratamientos oncológicos y cuándo puede producirse ese salto?

-La personalización de las terapias. El tumor de cada paciente es diferente y un mismo tumor puede tener células tumorales diferentes. Evidentemente, los tratamientos a la carta son el futuro.

-¿Nivel de la investigación oncológica en Asturias y en España?

-Tenemos excelentes investigadores. Lo que quizá no está a la altura es la financiación que reciben.

¿Quién es?

Nació en Avilés, en 1974. Se licenció en Bioquímica y es doctor en Medicina. Dirige el Banco Andaluz de Células Madre y es subdirector del Banco Nacional de Líneas Celulares. Jefe del Laboratorio de Células Madre, Desarrollo y Cáncer.

¿Qué hace?

Trabaja en la diferenciación de células madre embrionarias e iPS a sangre y mesenquimales; células madre mesenquimales como modelos de sarcomas; modelos de enfermedad para la leucemia linfoblástica del lactante con reordenamiento del gen MLL.

¿Qué piensa?

-¿Avance más relevante en la lucha contra el cáncer de los últimos años?

-Agentes más específicos y con menos toxicidad que la quimioterapia.

-¿Clave para dar un salto de calidad en los tratamientos oncológicos y cuándo puede producirse ese salto?

-Aprender las bases moleculares y celulares del inicio y progresión del cáncer, y para ello son necesarios centros como el Nacional de Investigaciones Oncológicas, con mucho talento y la más moderna tecnología. El salto se dará cuando se apueste por invertir en generación de conocimiento.

-¿Nivel de la investigación oncológica en Asturias y en España?

-Han avanzado mucho Cataluña, Madrid, Castilla y León y poco más. Asturias está a la cola, a pesar de tener a uno de los científicos más serios del mundo en la materia: Carlos López-Otín, lo que él ha hecho solo tiene un mérito que pocos reconocen.

¿Quién es?

Langreano de 38 años, dirige la unidad de investigación traslacional del Instituto Catalán de Oncología en Girona (ICO-Girona). Entre 2001 y 2006 investigó en Estados Unidos.

¿Qué hace?

Es autor de 120 publicaciones, principalmente en el campo del metabolismo tumoral, la nutrigenómica y terapias experimentales con biocompuestos, y biomarcadores de terapias moleculares en el cáncer de mama.

¿Qué piensa?

-¿Avance más relevante en la lucha contra el cáncer de los últimos años?

-Nuestra capacidad tecnológica para penetrar en la intimidad molecular del cáncer. La heterogeneidad tumoral y las células madre tumorales son dos ejemplos clave de las fortalezas y debilidades enemigas, que, fruto de este nuevo conocimiento molecular, comienzan a guiar nuestra lucha contra el cáncer.

-¿Clave para dar un salto de calidad en los tratamientos oncológicos y cuándo puede producirse ese salto?

-El objetivo es la «medicina personalizada». Un mayor desarrollo de disciplinas como la farmacogenética y la farmacogenómica serán clave. El reto está en que un paciente de Sotres se beneficie de las nuevas terapias tanto como otro que vaya a Houston.

-¿Nivel de la investigación oncológica en Asturias y en España?

-Hay excelentes investigadores, pero falta una cultura de la investigación. En Asturias pueden citarse varios nombres: Carmen Méndez, José A. Salas, Francisco Vizoso, Mario Fraga y, sobre todo, Carlos López Otín.