Un magnífico retrato del escritor Armando Palacio Valdés (Entralgo, Laviana 1853-1938), realizado por el fotógrafo madrileño Biedma, ha sido la última incorporación a la galería de retratos de asturianos ilustres del Museo del Pueblo de Asturias (Ayuntamiento de Gijón). La fotografía, adquirida en fechas recientes por Joaquín López, director del museo, en una librería de viejo de Madrid por un precio de 60 euros, está dedicada al dramaturgo sevillano Francisco Serrano Anguita. Aunque se trata de una imagen ya conocida de Palacio Valdés, es un original muy bien conservado.

La fotografía del novelista asturiano es una pieza más que se suma a la empresa emprendida por el Museo del Pueblo de Asturias con la finalidad de formar una iconoteca en la que figuren las personalidades asturianas más destacadas del mundo de la política, la cultura, los deportes o cualquier otra parcela del saber y el conocimiento.

La iconoteca es la biblioteca de imágenes, el lugar donde se coleccionan y disponen para su uso tras su archivo y clasificación. En el caso del museo, se trata de un proyecto en formación que cuenta ya con alrededor de un centenar de retratos de escritores y personajes de los siglos XIX y XX que forman parte de la galería de ilustres.

Entre los materiales más interesantes que se pueden encontrar en la iconoteca del museo figuran el retrato del poeta Ramón de Campoamor, fotografiado por Eusebio Juliá, en Madrid; el político Alejandro Pidal y Mon, de niño, retratado por Disderi, en París, y el poeta Teodoro Cuesta fotografiado por Enrique Marqueríe, en Gijón. A ellos se suman los de Luis Pidal y Mon, marqués de Pidal; el político Melquíades Álvarez, el padre Galo, la poeta Ana del Valle, fotografiada por Alonso, en Avilés; el filólogo e historiador Ramón Menéndez Pidal, el dramaturgo Alejandro Casona, el Nobel Severo Ochoa y el escultor Sebastián Miranda en su estudio.

El Museo del Pueblo de Asturias cuenta entre sus fondos con un álbum de personajes españoles del siglo XIX entre los que aparecen algunos asturianos, sobre todo vinculados al ámbito de la política o que han ejercido alguna responsabilidad de poder. Con esa base, la dirección del Etnográfico pretende continuar mejorando su colección, como viene haciendo en los últimos años, con distintas adquisiciones, para reunir la mayor iconoteca posible. De momento, esos retratos ya han servido para ilustrar varias publicaciones. En la reciente exposición dedicada a la prensa asturiana «1911-2011 Asociación de la Prensa de Oviedo, un siglo de periodismo» también se pudieron ver algunas fotos, como las del periodista Javier Bueno, fusilado durante la Guerra Civil, procedentes de esta colección.

La presencia de las colecciones de fotografía en el Museo del Pueblo de Asturias es una realidad que cuenta con varias décadas de historia. En la actualidad dicho patrimonio gráfico está formado por alrededor de un millón de imágenes de todo tipo que son testimonio de la vida y los acontecimientos de una época. En muchos de los casos proceden de los archivos de fotógrafos asturianos ya desaparecidos.

Es un material de muy distinta procedencia que permite conocer y estudiar aspectos del pasado de Asturias, desde ámbitos muy diversos. En los últimos años, el museo se ha volcado en la organización de exposiciones fotográficas sobre la emigración, la infancia, el automóvil, el vestido femenino, el fútbol, los músicos populares, la vida campesina, la ciudad de Gijón y la Feria de Muestras, entre otras.

Joaquín López señala que en la fototeca, que cuenta con la colaboración de Cajastur, «hay colecciones de fotógrafos que plasmaron la realidad desde miradas muy diferentes». Haciendo una revisión se aprecia la riqueza y variedad de materiales que componen esos fondos gráficos. Hay archivos de fotógrafos de prensa, de fotógrafos de calle, miles de retratos de estudio, fotógrafos de ciudades, de villas, de pueblos... fotografías realizadas por montañeros y otras de aficionados captadas en puntos muy diferentes y con la intención de perpetuar y buscar la mejor cara de lugares y escenas muy diferentes. En resumen, un sinfín de imágenes que ponen voz a una realidad hoy ya inexistente.

El resultado es un conjunto interesantísimo de fotografías que convierten la fototeca de Gijón en una de las más completas del panorama nacional. En medio de esa riqueza gráfica destacan por sí mismos los retratos, uno de los géneros más frecuentes de los fotógrafos profesionales y el tipo de trabajo que más abunda en el archivo de cualquier fotógrafo que haya dedicado su vida a esta profesión. Lo habitual es encontrar retratos individuales, familiares y de grupo, así como retratos de estudio, en la calle, delante de un telón o en cualquier escenario improvisado.

Entre los fondos pertenecientes a este último apartado, el Museo del Pueblo de Asturias custodia retratos que se remontan a 1865. Durante esos primeros años, los ejemplares eran de pequeño tamaño y solían tener el formato de tarjeta de visita, hasta que con el siglo XX comienza una evolución de técnicas y formatos que no va a detenerse hasta la actualidad. Joaquín López ve en esta colección una buena oportunidad para conocer la evolución del retrato desde sus primeros tiempos. Además, en lo que respecta a la galería fotográfica de personalidades, se siente especialmente involucrado en una tarea que, entre otras cosas, servirá «para fijar la imagen de figuras públicas y relevantes de nuestra historia».

Políticos, intelectuales, periodistas y pintores de primera fila

Entre el centenar de personalidades asturianas que forman los fondos de la iconoteca del museo de Gijón se concentra lo más sobresaliente de la sociedad asturiana del último siglo y medio.

En el grupo de ilustres se puede encontrar al político Alejandro Mon Menéndez, al escultor Goico Aguirre, al rector e integrante del Grupo de Oviedo Fermín Canella, al folclorista y erudito Braulio Vigón y al estudioso y poeta Bernardo Acevedo y Huelves. También forman parte de la colección gráfica los periodistas Javier Bueno y Joaquín A. Bonet, el actor de cine mudo Vicente Suárez Arango, «Bill Roy», los pintores Tomás García Sampedro, Carolina del Castillo, Evaristo Valle, Nicanor Piñole y Marola, además del escritor Alfonso Camín y el político Belarmino Tomás, entre otros muchos, procedentes de distintos ámbitos.