Oviedo, M. S. MARQUÉS

La sala de exposiciones del Banco Herrero, en la que hasta hace pocas fechas se pudo admirar un interesante conjunto de grabados del artista italiano Giovanni Battista Piranesi, se prepara para acoger, a partir de la próxima semana, una de las colecciones privadas más importantes de pintura británica de cuantas se pueden localizar actualmente en España. Comisariada por Carmen García Cosmen, los fondos forman parte de la colección del asturiano Enrique Rodríguez Serrano y constituyen una amplia selección de pinturas, óleos sobre lienzo y obras sobre papel, dibujos, acuarelas, pasteles y grabados centrados en la segunda mitad avanzada del siglo XIX e inicios del siglo XX, realizados por artistas ingleses, escoceses y otros no británicos conectados con ese ambiente.

El conjunto tiene un gran atractivo para los amantes del arte por las escasas oportunidades de ver una colección de estas características sin salir de la región. El coleccionismo no es habitual en los circuitos asturianos y menos si está orientado a un tipo de pintura como el reunido en esta ocasión. Enrique Rodríguez Serrano es hijo del fallecido pintor Paulino Vicente y hermano de Paulino Vicente, «el Mozo», lo que sin duda influyó en su formación, muy orientada a conocer las bases del arte moderno y con especial interés por la obra derivada del impresionismo británico.

La exposición, que se presentará el próximo miércoles, está realizada por la Consejería de Cultura del Principado en colaboración con el Banco Herrero. El núcleo de obras responde a diversos géneros artísticos con predominio del paisaje realista que va desde el romanticismo al posimpresionismo, pasando por estadios estilísticos intermedios, marcados por el sello de la pintura al aire libre y el dominio del dibujo.

Dentro de la colección se encuentran también excelentes retratos, así como pinturas de escenas populares, realizadas por autores viajeros que buscan la herencia romántica, obras de ambientes campesinos, urbanos y galantes, sin olvidar el bodegón y las flores. Junto a la pintura de sello masculino, la muestra incluye otras obras realizadas por mujeres artistas. El resultado es una exposición ambiciosa que toma como referencia el desarrollo de la pintura posimpresionista en Gran Bretaña.

Los pintores que la forman pueden resultar desconocidos a la mayor parte del público español, pero son grandes nombres del panorama artístico británico y muy cotizados en países como Alemania o Italia. En Estados Unidos sus obras gozan de reconocimiento y se exhiben en los mejores museos.