Ciudad del Vaticano

El papa Benedicto XVI ha denunciado ayer «el escándalo» del hambre y del gasto militar que vive el mundo actual en un discurso el que ha exigido eliminar las disfunciones de la economía mundial para poder aliviar las penas de los más pobres.

Las denuncias del Pontífice están contenidas en el discurso de seis páginas dirigido a los embajadores acreditados ante El Vaticano con los que, como es tradicional a principios de año, ha repasado la situación internacional y ha expresado las prioridades de la Iglesia católica. «¿Cómo no pensar en los millones de personas, especialmente mujeres y niños, que carecen de agua, comida y vivienda», se preguntó el Papa para después calificar de «escándalo» el hambre existente en el mundo y «que tiende a agravarse». «Es inaceptable en un mundo que dispone de bienes, de conocimientos y de medios para subsanarlo», aseguró Ratzinger, al tiempo que pedía, «corregir los modelos de crecimiento que parecen incapaces de garantizar el respeto del medio ambiente y un desarrollo humano integral». El Papa también censuró la situación del desarme y el «aumento de los gastos militares a escala mundial».