Madrid

El cardenal arzobispo de Toledo y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española, Antonio Cañizares, afirmó ayer que los colegios religiosos que impartan la nueva asignatura Educación para la Ciudadanía estarán «colaborando con el mal».

Tras intervenir en las jornadas «Educación para la ciudadanía», organizadas por la Escuela de Negocios CEU, Cañizares señaló a los periodistas que la nueva asignatura obligatoria establecida por la ley orgánica de Educación (LOE) supone un «traspaso de competencias por parte del Estado». Según el arzobispo de Toledo, con la nueva asignatura el Gobierno está «imponiendo» una formación de la conciencia moral a todos los alumnos, algo que no puede hacer un Gobierno en un Estado de derecho sin traspasar sus propias competencias.

Entre tanto, el secretario general de FERE-CECA, Manuel de Castro, aseguró ayer a «Efe» que los colegios concertados católicos impartirán la asignatura de Educación para la Ciudadanía, aunque «adaptada» al carácter «propio» de estos centros, y por ello los temas «se darán siempre desde la perspectiva de la moral cristiana».

De Castro hizo estas declaraciones después de que el cardenal arzobispo de Toledo y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española, Antonio Cañizares, dijera que los colegios religiosos que impartan la nueva asignatura estarán «colaborando con el mal».

En los colegios concertados católicos, se adaptará la asignatura de Educación para la Ciudadanía, y eso es posible hacerlo, precisó, porque «la ley nos ampara, y el mismo Ministerio, en respuesta a una pregunta escrita que le hicimos, ha contestado positivamente a la posibilidad de adaptarla a nuestro carácter propio».

«Politización»

Por otra parte, el catedrático de Filosofía y ensayista José Antonio Marina advirtió ayer de que el grado de «politización» que se está alcanzando en la asignatura Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos está «destruyendo» la materia incluso antes de comenzar a impartirse, el próximo año. Lamentó así que ésta «ya esté sometida a una especie de amenaza» por la «belicosidad» de las críticas, al tiempo que pidió responsabilidad al poder político para enfrentarse a un «debate serio» y no a un «quién gana».

Marina se refirió a la interpelación urgente al Gobierno por parte del PP para que retire la asignatura y consideró que en el fondo de muchas críticas «hay hipocresía», lamentando que incluso «se lleguen a oír falacias». Advirtió de que se está «destruyendo» la asignatura de Educación para la Ciudadanía, motivo por el cual, desde hoy, «hay que empezar a pedir cuentas» a los representantes políticos. «Esta belicosidad en la crítica de la asignatura hace que, aunque quede, ya va a servir para muy poco, ¿y quién ha tenido la culpa?», se preguntó. A su entender, aunque la asignatura continúe tras las elecciones de 2008, ya está sometida «a una especie de amenaza».