Oviedo, Cosme MARINA

La Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA) regresó ayer de su gira en China, país en el que ofreció seis conciertos sinfónicos, la mayoría de los cuales obtuvo un rotundo éxito artístico -especialmente significativo en el caso de los dos realizados en Pekín y el último, en Shanghai-, todos ellos dirigidos por el titular de la formación, Maximiano Valdés. En el último, los responsables del teatro de Shanghai se mostraron interesados en volver a contar con la formación asturiana para proyectos futuros por su alta calidad artística.

La gira, de seis conciertos, se inició el pasado 26 de diciembre y llevó a la formación asturiana, además de a Pekín y Shanghai, a otras ciudades como Dalian, Anshan y Shangxing, ofreciendo la formación un repertorio ecléctico y variado en sus diferentes actuaciones.

Sin embargo, no todo fueron luces en el primer viaje asiático de la formación asturiana. Según han manifestado a LA NUEVA ESPAÑA fuentes de la orquesta, fue «una gira dura con muchos conciertos, y en dos de las ciudades elegidas las condiciones de actuación no fueron las adecuadas». Según las mismas fuentes, el frío se convirtió en el «gran enemigo» de los músicos y varios de ellos enfermaron después del primero de los conciertos, en la ciudad de Anshan, en un teatro «que no reunía las condiciones». La situación mejoró en la siguiente actuación, en Dalian, y con los dos magníficos conciertos de Pekín. Pero los problemas volvieron en el tramo final de la gira, un par de días antes de la actuación de Shanghai. La formación, por diversas causas, se vio obligada a aplazar un día el concierto previsto para el 1 de enero en Shangxing, a cuatro horas y media de Shanghai, y ésa era la única jornada libre que tenían los músicos. El comité de empresa de la OSPA no estaba de acuerdo con la realización de ese concierto, aunque al final se realizó para «evitar males mayores». Sin embargo, pese a la profesionalidad de la formación no todo salió como se esperaba. El teatro de Shangxing tampoco estaba bien acondicionado y, ante el intenso frío que imperaba en el escenario, se acortó el programa sobre la marcha, lo que conllevó una situación tensa con el público y los responsables de la sala, que retiraron a los operarios de carga de instrumentos. De este modo, los músicos, y hasta el propio director, Maximiano Valdés, acabaron teniendo que meter todos los instrumentos en el camión. Según cuentan miembros de la comitiva, «los responsables del teatro no dejaban arrancar a los autobuses y se retuvo a la orquesta unas dos horas y media hasta que se consiguió salir, después de arduas negociaciones».

A la clausura de la gira en Shanghai asistieron la consejera de Cultura, Encarna Rodríguez, y la directora general de Turismo, Elisa Llaneza, que, además, promocionaron el Principado en la que es una de las ciudades más dinámicas del Lejano Oriente. Fueron varias situaciones que acabaron por condicionar una gira de impecable balance artístico y que falló en la infraestructura «por la deficiente organización de los responsables chinos de los conciertos y de la intermediación realizada», según señalan a este diario las mismas fuentes.