Carmen Iglesias Cano es catedrática de Historia de la Ideas Morales y Políticas en la Universidad Rey Juan Carlos I de Madrid, académica de la Lengua y de la Historia y presidenta del grupo editorial Unedisa. Ayer por la tarde ofreció en Oviedo, en el Real Instituto de Estudios Asturianos, la conferencia titulada «Los ilustrados españoles ante la guerra» dentro del ciclo «La guerra de la Independencia española», que organiza la Fundación Hidrocantábrico.

-¿Cómo era el Ejército español en 1808?

-El Ejército español entonces no tenía caballería, un arma de primera importancia. Y la escuadra la habíamos perdido antes, en Trafalgar. Disponía, por el contrario, de una magnífica artillería y de una infantería ligera francamente buena con batallones famosos que se mantuvieron en primera fila, batallones con frecuencia formados por catalanes y aragoneses, y es que nadie se acuerda en 1808, al menos cuando ya estaban metidos en aquel conflicto tremendo, de los decretos de Nueva Planta.

-El levantamiento fue en buena medida periférico.

-Se forman las juntas provinciales y hasta coordinarse con la central y entre ellas mismas se dan casos de batallas en las que había españoles combatiendo en el mismo frente sin ninguna conexión, con lo que tiene esa circunstancia de escasamente eficaz y hasta de peligrosa, porque se podían atacar entre compatriotas. La verdad es que, sobre todo en los primeros tiempos, hubo verdaderos desastres de organización.

-¿Una guerra de desgaste?

-La guerra de la Independencia dura seis años y se desarrolla en unas condiciones feroces. Es la guerra más larga de Europa en esa época y tiene lugar sin ninguna tregua. Los franceses reconocen en varias ocasiones el valor de los españoles. Por otra parte, hay roces con los ingleses. A Wellington, a los ingleses, le interesa una guerra larga que obligue a Napoleón a fijar del orden de 300.000 soldados en España y que, claro, no puedan ir a combatir a otros países europeos. Además, cuando hay situaciones graves de peligro protege a sus tropas y las reserva. Por el contrario, a los españoles les interesa acabar cuanto antes con la guerra.

-¿Los españoles eran buenos combatientes?

-La tradición en el Ejército español es de no rendirse. Efectivamente, así lo cuentan los franceses en los relatos que hacen durante la guerra y especialmente después, a partir de la guerra de la Independencia._No entendían que los españoles, teniendo perdida una batalla, no se rindiesen y negociasen determinadas condiciones.

-Los afrancesados, ¿unos traidores?

-El drama de los afrancesados es muy importante._Traidores o patriotas, se preguntan algunos, y Jovellanos los llama cismáticos de la nación. Hoy se matiza más. Los hay culturales y políticos. Entre los que se fueron con José había oportunistas y colaboracionistas._Pero, asimismo, algunos de buena fe como Lista. Jovellanos está en el otro lado, claro, como también Blanco White. Desde el primer momento apuestan por el pueblo incluso con algún rechazo, como cuando White vuelve a Sevilla a ejercer como sacerdote, profesión que odia, y ve por el camino las barbaridades que se estaban haciendo. Siente rechazo, pero aun así comprende que la España de la resistencia tenía razón. Es un drama para muchos y se produce en un gran vacío de poder._La invasión de Napoleón es el peor drama de nuestra Historia. Una guerra muy larga, sin tregua, como dije, la más larga de la Europa de entonces, con tres ejércitos abasteciéndose de la población. Por eso en 1823 se deja a los Cien Mil Hijos de San Luis, y es que después de seis años de guerra la gente está agotada. Además compraban las cosas, no robaban como los anteriores, ni asaltaban.

-Afrancesados y anglófilos.

-Los afrancesados no están a favor de la Revolución Francesa, no son exaltados, son gente de Gobierno; en buena medida son un poder fáctico, no son extremistas._Pero culturalmente están conectados con Francia. Políticamente, sin embargo, se sienten más cerca de Inglaterra y con los exilios sucesivos cada vez más. Es el caso de Jovellanos, de Lista, de Javier de Burgos, de casi todos._Pesan las oleadas sucesivas que se van exiliando. Hay 14 o 15 millones de habitantes en aquella España. Con el rey francés se van entre 12.000 y 15.000 personas. Tras el primer decreto de Fernando VII vuelven casi todos menos 4.172 personas que se quedan en Francia. Lo que ocurre es que son parte de la élite española, gente muy importante._La frontera entre afrancesados, hoy diríamos colaboracionistas, y patriotas es sutil. Hay afrancesados en un primer momento que después cambian. Es el drama de la inteligencia, gente que quiere lo mejor.

-Una guerra victoriosa.

-La primera vez que se vence a los franceses es aquí. No se entiende la guerra de la Independencia sin ponerla en el marco internacional. Es la primera gran guerra contra los invasores franceses. Es la primera vez que se vence a los ejércitos napoleónicos, concretamente en Bailén, con un papel muy importante del Ejército español, que se batió valientemente.

-¿Y el vacío de poder?

-Como se dice, siempre hay algo peor que un Gobierno fuerte, y es el no Gobierno. Es interesante, por otra parte, considerar las proyecciones del presente, de la historia inmediata, que se hacen con cierta frecuencia y en algunos medios. Por ejemplo, he leído, y también he escuchado decir, que la guerra de la Independencia fue también una guerra civil. Pues no, de ninguna manera, ni de lejos._La primera guerra civil española es la carlista. No lo fue antes, tampoco, la de 1700. De lo contrario y para la guerra de la Independencia sería como decir que en la Francia invadida por los nazis se desarrolló una guerra civil. No, lo que ocurre es que los nacionales invadidos se dividieron entre colaboracionistas y resistentes. El Dos de Mayo es un movimiento popular inducido entre otros por los artilleros que estaban conspirando. Un día de cólera, que dice Arturo Pérez-Reverte. No intentaban otra cosa tampoco. Es como el caso de los asaltantes de la Bastilla, no sabían que estaban iniciando la Revolución Francesa. El Dos de Mayo prende como la pólvora y conmociona a Europa._Sobre todo la batalla de Bailén, en julio, la primera victoria sobre Napoleón, es simbólica, pues se ve que no es invencible.

-Asturias.

-Asturias tiene en 1808 un plantel de ilustrados de verdad excepcional, con Jovellanos a la cabeza._Cuenta ya con 64 años, que entonces era mucha edad, y está muy quebrantado por la prisión._Recorre la Península y ve lo que ocurre. Tras su encuentro con Cabarrús en Zaragoza, rechaza el nombramiento que le ofrecen como ministro del Interior porque tiene claro que hay que estar con la nación. A Napoleón y a los franceses España les importaba muy poco. No creyeron en la Constitución de Bayona._Las reformas sociales y económicas que proponían eran interesantes, pero políticamente sólo contaba Napoleón. Intentó incluso contra su hermano dividir España. Asturias es una de las regiones más importantes en el levantamiento con su Junta y con una figura como_Jovellanos, quizá la persona entonces más respetada.