El ruido ambiental causa insomnio o alteraciones del sueño a casi uno de cada cinco habitantes de las grandes ciudades (18,75 por ciento) y provoca estrés, ansiedad y falta de concentración o de comprensión a más del 27 por ciento.

Son las conclusiones de una encuesta realizada por el Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos de Telecomunicación a 800 vecinos de diez ciudades con más de 250.000 habitantes (Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Zaragoza, Palma de Mallorca, Bilbao, Córdoba, Vigo y Gijón).

La contaminación acústica causa dolor de cabeza al 17,5 por ciento de los encuestados y más de uno de cada cuatro manifestaron que les hace estar más irritables y agresivos. Un 8,33 por ciento afirmó padecer problemas de memoria a causa del ruido; un 5,83 por ciento, tristeza y síntomas depresivos; un 2,5 por ciento, falta de deseo sexual y un 1,67 por ciento, ataques de pánico. A casi la mitad de los encuestados les molesta bastante o mucho la contaminación acústica y un 17 por ciento asegura que ha visto afectada su actividad diaria por esta causa.

La directora del estudio, Ana Peñaranda, aseguró que los altos niveles de ruido ambiental incrementan la producción de adrenalina y otras hormonas que elevan el estrés y debilitan el sistema inmunitario, por lo que aumenta la probabilidad de caer enfermo.

Pero no sólo las metrópolis más grandes son ruidosas, afirmó Peñaranda, quien puso el ejemplo de ciudades como Granada y Cáceres, donde residen muchos estudiantes, por lo que el ocio nocturno produce un gran impacto acústico.

Aunque según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) la fuente de ruido más denunciada es precisamente el ocio nocturno, al ser el objeto del 37 por ciento de las reclamaciones frente al 6 por ciento que denuncia el tráfico viario, es este último el principal causante del ruido ambiental, según afirmó el decano del Colegio de Ingenieros Técnicos de Telecomunicación, Ferrán Amago.

El tráfico rodado es la fuente más acusada por los encuestados como origen del ruido ambiental en su vivienda (más del 55 por ciento la mencionan), seguida de la circulación de motos, el ruido emitido por el vecindario, el de camiones y vehículos pesados, el causado por alarmas, sirenas, cláxones y obras urbanas.