Oviedo,

E.G.

El ovetense Víctor Fanjul Hevia tiene madre bióloga, padre médico, abuelos químicos y un bisabuelo, Víctor Hevia, insigne escultor. Cuenta, además, con uno de esos currículos académicos que crean sonrojo en el protagonista de tan plagado de sobresalientes que está. Por eso prefiere no hacer demasiados alardes al respecto. Este joven de 18 años y pelo rizado, alumno de 2.º de Bachillerato en el Instituto La Ería, en Oviedo, acaba de ser seleccionado para la fase internacional de la Olimpiada de Biología que se celebrará en julio en la India, después de haber logrado el triunfo en la fase nacional que se celebró en Las Palmas.

-Terminará el Bachillerato y se matriculará en la Facultad de Biología. Seguro que no me equivoco.

-Pues no. Qué remedio. Desde muy pequeño me gustó la Biología, pero no lo tuve claro hasta ahora. Sabía que haría estudios de Ciencias, eso sí.

-¿Y después?

-Supongo que haré Bioquímica o Biotecnología.

-Con esas notas lo tendría fácil para entrar en Medicina.

-Ya me lo dicen mis amigos, pero lo siento por mi padre: no tengo vocación de médico. Es que yo la sangre no la soporto.

-¿Cómo fue la fase nacional de Biología?

-Eran 180 preguntas tipo test y cuatro ejercicios de práctica de laboratorio.

-¿Y cuántas contestó bien?

-No nos facilitaron el examen. No tuve dudas en unas 150 preguntas, aunque había que tener cuidado porque las respuestas incorrectas restaban puntos, pero donde hubo una enorme selección fue en el laboratorio. Es que en el Bachillerato se hacen pocas prácticas. Yo lo saqué adelante en parte por intuición. De los tres clasificados restantes para la India uno es madrileño y otros dos gallegos. En Galicia el plan de estudios permite más actividad de laboratorio y yo creo que eso influyó. El premio nacional incluía 200 euros para mi instituto destinados a material de laboratorio.

-A ver en qué se lo gastan, ¿eh?

-Hombre... seguro que en el laboratorio.

-¿Cómo se entera de su clasificación nacional?

-Al final de las pruebas nos reunieron y dieron los nombres de los cuatro alumnos. Oigo mi nombre y pienso: «esto es un sueño, ahora es cuando me caigo de la cama». Llamé al móvil de mi padre, que es así como más tranquilo, pero resulta que me lo cogió mi madre. Pensé que le daba algo.

-Vuelve de Canarias y seguro que hubo recibimiento por todo lo alto en La Ería.

-Los compañeros comenzaron a aplaudirme cuando aún estaba por el pasillo. Fue un poco cortante porque yo soy más bien tímido y esas cosas... La verdad es que los tres asturianos que participamos en la fase nacional no esperábamos clasificarnos. Fue una gran experiencia, y con que me lo pase en la India la mitad de bien que en Canarias ya me doy por contento.

-¿Tiene idea de cómo será el «examen» de la fase internacional?

-He visto algo por internet de años anteriores y es como para echar a correr. Dificilísimo. El problema es que no hay forma de preparar unas pruebas así.

-¿Cuál es el secreto de tanta nota sobresaliente?

-No soy ningún empollón ni estudio todo el rato. Es más, soy muy vago, pero tengo claro que cuando hay que trabajar, se trabaja.

-Los estudios le dejan tiempo para...

-No salgo mucho. Voy a nadar a la piscina del Parque del Oeste y me encanta esquiar... cuando hay nieve.

-Algo le costará más trabajo.

-La Historia, por ejemplo. Me cuesta más, es cierto, pero por eso tengo que hacer un mayor esfuerzo. No me quejo de mis notas de Historia.

-¿Quién es su profesor de Biología?

-Es una profesora. Se llama María Luisa Otero.