Nueva York, Efe

La bioquímica asturiana Margarita Salas fue homenajeada ayer en el Instituto Cervantes de Nueva York con motivo de su reciente investidura como la primera mujer española en incorporarse a la Academia de Ciencias de Estados Unidos.

En el acto participaron Jerard Hurwitz, de la Academia Nacional estadounidense de la Ciencia; Ángel Pellicer, de la Universidad de Nueva York (NYU); Rafael Rodrigo, del Centro Superior español de Investigaciones Científicas (CSIC), y Jorge Moscat, de la Universidad de Cincinnati.

Salas consideró un acierto la creación del Ministerio español de Ciencia e Innovación y apuntó que Cristina Garmendia, cuya tesis dirigió, es la persona «adecuada» para encabezarlo. «Es una chica muy valiosa y adecuada para ese puesto», aseguró la bioquímica, ya que «al haber creado su propia empresa de biotecnología sabe lo que es la investigación básica y el mundo empresarial». En su opinión, para mejorar la situación de la ciencia en España hace falta «aumentar la financiación, aunar la actividad investigadora y apoyar el trabajo de los jóvenes científicos, para no perder a personas válidas».

La investigadora, que trabaja en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa de la Universidad Autónoma de Madrid en varios proyectos para amplificar el ADN, reconoció que, a pesar de los numerosos galardones que ha recibido, le encantaría ganar el premio «Príncipe de Asturias», su tierra natal. Con el reconocimiento como miembro de la Academia de Ciencias estadounidense, Salas se une a los tres españoles que lo han obtenido hasta el momento: el investigador del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Antonio García Bellido, el paleontólogo Juan Luis Arsuaga y el economista Andreu Mas-Colell.