Varios miembros del jurado del Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional 2008, concedido a cuatro organizaciones que lideran la lucha contra la malaria, servirá para "poner el acento" de la opinión pública mundial sobre la situación de África, "la gran olvidada".

Para la subsecretaria de Asuntos Exteriores y Cooperación, María Jesús Figa, el galardón supone "una llamada de atención a la situación por la que pasa un continente muy olvidado" y sobre una enfermedad casi desconocida en Europa porque "pilla muy lejos".

A su juicio, las organizaciones premiadas desarrollan "un modelo de cooperación similar" al que promueve actualmente el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación del Gobierno español.

Por su parte, la presidenta del comité español de UNICEF, Consuelo Crespo, ha señalado que la incidencia de la enfermedad en el África subsahariana genera "cifras muy negativas" de mortalidad infantil "que se pueden corregir si se actúa eficazmente y con rapidez".

Crespo ha recordado que Naciones Unidas ha reclamado que en 2010 se alcance una cobertura universal contra la malaria, el SIDA y la tuberculosis si "de verdad" se quieren alcanzar los Objetivos del Milenio establecidos para el año 2015.

"Estas enfermedades son consecuencia, pero también causa de la pobreza", ha añadido antes de destacar la labor de las organizaciones premiadas en los lugares donde la malaria es endémica y en los que realizan una labor asistencial "y capacitan a las personas de estos países para afrontar los problemas de forma eficaz".

En este sentido, el presidente de la Fundación Puig e impulsor de la candidatura, Mariano Puig, ha destacado la labor que desarrolla en el Centro de Investigación en Salud de Manhiça el doctor español Pedro Alonso y su esposa Clara Menéndez que se fueron a Mozambique para crear un hospital en el que formar a médicos autóctonos en un lugar donde "la malaria significa muerte y pobreza".

Asimismo, la presidenta de Reporteros sin Fronteras, Dolores Masana, ha resaltado la importancia de la formación de personal autóctono y ha mostrado su alegría porque el premio sea para África, "uno de los lugares más desasistidos y dejados de la mano, no sólo de Dios y Alá, sino de todos los poderes políticos de este mundo".

Para el ex primer ministro portugués, Francisco Pinto Balsemao, el jurado ha pretendido "destacar la importancia de África y el olvido en el que ha caído" al distinguir una tarea de "lucha concreta" contra la enfermedad, "uno de los orígenes de la situación de miseria, hambre y desigualdad social" que sufre el continente.

En términos similares se ha manifestado el secretario general de UGT, Cándido Méndez, que formaba parte por primera vez de un jurado de los Premios Príncipe de Asturias y que ha incidido en que el galardón "pone el foco" sobre el combate contra la miseria en África "y ésa es la decisión que necesita el mundo en estos momentos".

"La concesión del Premio exige un mayor compromiso por la erradicación de las enfermedades y del hambre en un continente que está totalmente al margen de la globalización de la economía, que es el gran olvidado", ha añadido. EFE