El Ministerio de Sanidad ha definido para los centros sanitarios una estructura de coordinación respecto al flujo de pacientes, su clasificación, la estimación de recursos, la definición de actividades asistenciales que puedan ser suspendidas o retrasadas, los criterios de protección del personal sanitario y el material informativo para enfermos y familiares.

En la línea de lo marcado por la OMS, el Consejo Interterritorial de Salud ha decidido que, a partir de ahora, no se faciliten más datos sobre el número de casos de gripe A confirmados. También se ha acordado «que no va a ser necesario hacer la prueba a todas y cada una de las personas que lleguen a los centros», explicó la ministra de Sanidad. La estimación la ofrecerán los médicos centinelas, responsables de la vigilancia epidemiológica.

El Ministerio de Sanidad llevará a cabo una acción informativa en agosto y septiembre dirigida a los ciudadanos. Consistirá en un conjunto de consejos básicos para prevenir el contagio, como lavarse las manos con jabón, y taparse la boca y la nariz al toser o estornudar con un pañuelo desechable.

Australia se convirtió ayer en el primer país en el que empieza a desarrollarse una vacuna contra la gripe A, después de que la farmacéutica local CSL haya comenzado a efectuar las primeras pruebas en humanos. CSL espera poder empezar a distribuir la inmunización el próximo septiembre. En los ensayos participan 240 adultos, que han pagado unos 400 dólares australianos (unos 320 dólares estadounidenses) cada uno para someterse al tratamiento.