Oviedo, Eduardo GARCÍA

Más de un treinta por ciento de la población asturiana está abocada a los tres pinchazos. Son los que se necesitarán para protegerse primero de la gripe estacional, esa que repunta todos los otoños, y después de la gripe A, el nuevo virus. Para la gripe común un pinchazo bastará; para la gripe A todo indica que se necesitarán dos dosis. Técnicamente, sin embargo, no es posible unir las vacunas contra las dos gripes. Inmunizarse contra una gripe no garantiza en absoluto librarse de la otra.

El especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública, médico del Servicio de Medicina Preventiva del Instituto Nacional de Silicosis, en Oviedo, Juan Caunedo del Potro, explica que la vacuna de la gripe convencional requiere sólo una dosis «porque tenemos memoria inmunitaria» adquirida durante cientos de años de relación con la enfermedad. Frente a la gripe A, las dos dosis serán generales para toda la población, incluso para los bebés.

No hay que respetar plazos entre una vacuna y otra (gripe estacional y gripe A), de hecho podrían ponerse el mismo día sin mayores complicaciones para el receptor. La vacuna de la gripe estacional es relativamente fácil de conseguir en el laboratorio a partir de los virus predominantes en el hemisferio alternativo. Es decir, según la gripe sufrida por quienes la han padecido en el hemisferio sur en el pasado otoño e invierno (para ellos), así será la que se suministre a los pacientes del hemisferio norte, y viceversa.

Hablamos -señala el doctor Caunedo- de virus predominantes, pero no de todos. «Por eso escuchamos a gente que dice: "yo me vacuné y, aun así, cogí la gripe". Y es verdad. Lo que pasa es que podemos vernos afectados por virus que no están contemplados en el cóctel que compone la vacuna».

Hay dos únicas fórmulas para conseguir inmunidad frente a la gripe: o mediante vacuna o padeciendo la enfermedad. En los dos casos hablamos de inmunidad sostenida en el tiempo, de tal forma que con un amplio programa de vacunaciones, la gripe A perderá buena parte de su fuerza contagiosa en apenas un par de años. Además, cuantos más contagios ahora, menos capacidad reproductora tendrá el N1H1 en el futuro. No se puede acabar con un virus de la gripe, «mueren» por sí mismos cuando «se quedan sin susceptibles» de ser atacados por ellos. «Nacen, crecen y mueren por falta de "huerto" donde crecer», explica gráficamente Juan Caunedo.

Los médicos manejan una evidencia: cuanto más benigno es el virus, más contagioso se vuelve. La naturaleza es sabia, porque un virus especialmente dañino y con gran capacidad de contagio podría conducirnos al desastre. El virus Ébola es letal, tanto que no da tiempo al contagio de forma prolongada e indiscriminada.

La única diferencia entre la gripe común y la gripe A es que la primera se enfrenta a un porcentaje muy grande de la población con inmunidad. Todos los años un 10% de la población asturiana cae enferma de gripe, aunque no todos los afectados acuden al médico ni piden la baja laboral. En las actuales circunstancias habrá personas que «pillen» las dos gripes e incluso Juan Caunedo alerta sobre la posibilidad de que haya contagios simultáneos. Una situación peligrosa porque puede ser una puerta abierta a grandes mutaciones.