Madrid, Agencias

El poeta asturiano Antonio Gamoneda fue ayer la estrella de la jornada de los cursos de verano de la Universidad Complutense, en la localidad madrileña de El Escorial. Gamoneda, premio «Cervantes» 2006, habló de Federico García Lorca, con quien coincide en que la poesía se hace sentir «cuando se da en nosotros la percepción de que dos o más palabras están juntas por primera vez»; reivindicó al «mayoritaria y tontamente olvidado» poeta Juan Larrea, de la mejor forma que se conoce para reivindicar a un poeta: con un poema. «He aquí el mar, alzado en un abrir y cerrar de ojos de pastor...». Y, como no podía ser menos, teorizó sobre el arte de la rima y dijo que uno de los «misterios» de la poesía es que aunque de forma mayoritaria se fundamenta en el sufrimiento y la conciencia mortal, milagrosamente acaba convertida en una «forma de placer». ¿Por qué sucede? El autor de «Descripción de la mentira» confiesa desconocerlo.

El poeta, hijo adoptivo de León por ser ésta la tierra en la que se crio y creció como escritor, cree que el hecho de que la poesía sea una cosa «minoritaria» ha llevado a los científicos a no averiguar si puede existir una zona del cerebro en la que el pensamiento «se suceda a sí mismo». Para el escritor, la poesía «nos lleva a nuestros orígenes, a cierta capacidad de creación y revelación. Creo que existe una conexión entre la primera palabra del homínido capaz de la fonación articulada y las dos palabras que aparecen juntas por primera vez», aseguró el escritor, autor de obras como «Blues castellano», «Libro del frío» o «Arden las pérdidas».

Gamoneda acabó su conferencia como le gusta, recitando poemas, entre ellos uno muy emotivo dedicado a un amigo iraquí a quien las torturas del régimen de Hussein le provocaron una epilepsia, fallecido hace tres años en Nueva York.