Oviedo, E. G.

Fabricar una vacuna lleva unos seis meses. Las primeras noticias sobre la gripe A, entonces conocida como la gripe porcina, llegaron en torno al 22 de abril y desde entonces se trabaja contra el reloj. Producir vacunas para un treinta por ciento de la población mundial supone dar salida a más de cuatro mil millones de dosis (recordemos que se requieren dos dosis por vacuna).

El laboratorio recibe las cepas del nuevo virus, y éstas son inoculadas en huevos embrionarios de pollo, un perfecto ecosistema en cuyas células el virus crece y se reproduce convirtiéndose en materia prima para las vacunas. El virus necesita un sustrato biológico para sobrevivir, o sea, que se «empadrona» dentro de una célula.

El siguiente paso son las pruebas clínicas en humanos, que garantizarán que la vacuna no genera daños colaterales y que responde a criterios de inmunidad. En esta fase estamos. Es posible que la OMS dé vía libre a las primeras vacunas durante el mes de septiembre. No serán vacunas caras y, en todo caso, en España serán costeadas por los servicios públicos de salud. La vacunación no será obligatoria en ningún caso. Cada cual es libre de aceptarla. Hay quien, por sistema, prefiere pasar la enfermedad. Caunedo estima que «se vacunarán de la gripe A todos los que ya se vacunaban de la gripe estacional». El hecho de que las personas mayores presenten algún tipo de poder inmunológico ante la gripe A «es un tema que está en discusión».