Oviedo, M. S. MARQUÉS

Las obras para convertir el monasterio de Corias (Cangas del Narcea) en parador nacional han propiciado un descubrimiento de gran interés para el conocimiento de la Asturias medieval y la arquitectura románica. Las excavaciones que se están llevando a cabo en la parte posterior del cenobio, un espacio al que se abrían las bodegas y cuadras de los monjes, han permitido localizar la planta de la primitiva iglesia románica.

Se trata de una edificación cuya existencia está bien documentada en los textos, pero de cuya presencia no parecía quedar rastro alguno. Ahora los restos que están saliendo a la luz confirman la documentación existente y demuestran que la arquitectura románica estuvo presente en Asturias antes de lo que se conocía por los ejemplos que han llegado hasta nosotros.

Los primeros restos de interés aparecieron en el monasterio el pasado otoño cerca del claustro de servicios. Una esquina de sillería y la lápida de un enterramiento del conde Sarracín con la fecha de 1044 alertaron de la posibilidad de localizar otros restos que permitieran conocer más datos sobre la historia de la fundación del monasterio cangués.

El empeño dio su fruto y en la actualidad se trabaja para dejar totalmente descubierta la planta de la iglesia. Hasta ahora han aparecido el arranque de la cimentación y varias hiladas de los muros de piedra de la desaparecida construcción. Sorprende el tamaño de los bloques y la extraordinaria calidad. Los restos que se perfilan muestran una sola nave y una cabecera con tres ábsides, del estilo de la del monasterio de San Pedro de Villanueva, en Cangas de Onís.

La historia medieval recoge la fundación del monasterio de San Juan Bautista de Corias por el conde Piñolo Jiménez y su esposa Aldonza en el año 1044. La documentación que se conserva habla de que las obras se iniciaron en el año 1022, fecha temprana para lo que se conocía hasta ahora del románico en Asturias.

El fallecido profesor Carlos Cid, en el estudio sobre la arquitectura románica publicado en el volumen «Arte en Asturias», editado por LA NUEVA ESPAÑA, califica de «modesto» el conjunto de arquitectura románica que se levantó en Asturias. Para Cid, el románico asturiano, «humilde aunque original», no es comparable al que se localiza en zonas de Castilla, Aragón o Cataluña. Abundando en sus explicaciones afirma que «existen pocas bóvedas de piedra y no hay ricas portadas ni fachadas esculpidas y los templos carecen de pinturas. Todo se limita a iglesias pequeñas, muchas de ellas rurales y a algunos monasterios de considerable entidad». Las opiniones de Cid son compartidas por otros historiadores, que ante los ejemplos que han llegado hasta hoy consideran el románico asturiano de menor entidad. Ahora, los hallazgos de Corias podrían poner en entredicho esas teorías al mostrar la gran calidad de los muros primitivos que se conservan bajo la plaza del actual monasterio.

Los restos arqueológicos, que se sitúan en una zona donde el parador tendría una de las entradas previstas, han obligado a que los directores del proyecto tengan que realizar modificaciones en el mismo para protegerlos.