Oviedo, M. S. M.

Los tiempos están cambiando para los asiduos de la red. Los usuarios deberán ir concienciándose de que antes de lo que quisieran tendrán que pagar por acceder a determinados contenidos culturales o informativos. Los buscadores informáticos de información, como es el caso de Google, son cada día más conscientes de que el fin de la gratuidad está cerca y se preparan para facilitar los micropagos a los medios de comunicación ante el descontento de los editores, que ven cómo estas empresas hacen negocio con sus contenidos.

No sólo el cine y la música, todos buscan fórmulas para sacar rendimiento a sus productos más allá de la publicidad, el único medio que hasta ahora les permitía obtener beneficios. Si internet fue hasta hoy sinónimo de gratuidad, esa realidad está a punto de fenecer. Para las industrias de contenidos el derecho de los usuarios a acceder gratis a la información es, además de un problema económico, un dilema de propiedad intelectual.

Muchos editores de diarios se han dado cuenta de que la publicidad en la red no alcanza los beneficios que aporta en el papel. Tras las protestas de la industria cinematográfica y musical, el sector mediático empieza a rebelarse contra la gratuidad. Los grandes grupos de comunicación están a la cabeza de la pancarta y algunos ya anunciaron que cobrarán por la entrada en la edición digital de sus diarios.

Rupert Murdoch, propietario de uno de los mayores grupos de comunicación, fue uno de los primeros en sumarse a la nueva filosofía. A su juicio, la calidad no es barata y «una industria que regala sus productos está canibalizando su capacidad de hacer buen periodismo».

Al gran magnate ya se han sumado otros, entre ellos «The New York Times», que abogan por crear un gran consorcio que impondría el pago en las informaciones digitales. A la vista de las decisiones de los grandes de la comunicación, se puede afirmar que los accesos gratis a la comunicación tienen los días contados. Para algunos expertos, el modelo futuro será una combinación de productos de pago y gratuitos. Los usuarios abonarán directamente y también habrá modelos en los que distribuidores de distinta naturaleza, como los libros digitales, pagarán «royalties».

Algunos medios estudian ya las nuevas fórmulas que emplearán para llegar a sus seguidores. El diario francés «Libération», que hasta ahora ha sido uno de los mayores defensores de la gratuidad, ha iniciado el cobro de parte de sus contenidos, con lo que espera aliviar la difícil situación financiera que atraviesa. El caso de este diario afín a la izquierda no es único en Francia; «Le Monde» tiene una edición digital especial para abonados y algunos otros establecen distintas fórmulas orientadas a obtener ingresos. Algunos semanarios también preparan ediciones electrónicas de pago.

El objetivo es llevarse parte del pastel que se está merendando Google en solitario. La empresa del buscador es casi la única beneficiada de la revolución electrónica. A los multimillonarios ingresos que obtiene en la actualidad prevé sumar nuevas entradas con la publicidad que espera añadir a su agregador de noticias, Google News, medida que fue acogida con enfado por los editores, que acusan a la firma de lucrarse con el trabajo de otros.

Cada día más aislada, la firma del buscador pretende rebajar tensiones y con ese fin prepara un sistema de pago «on line» que permitirá a los periódicos cobrar a sus lectores por acceder a sus artículos. Para Google, la publicidad seguirá siendo la fuente de ingresos más importante de las empresas de medios de información, pero es consciente de que el pago de los usuarios aportará un suplemento que redondeará los beneficios.

El sector musical y el cinematográfico están también expuestos a grandes transformaciones. La descarga gratuita de música afectó seriamente al sector discográfico; ahora páginas de venta de música por Internet han dado lugar a nuevas modalidades de mercado de contenidos musicales que impulsan nuevas estrategias en las discográficas. Durante 2008, se comercializaron 1.400 millones de temas por la red, un 24% más que en 2007, en una progresión que crece de forma espectacular. Pero no ha terminado con el disfrute gratuito de música. El «streaming» permite la reproducción de contenidos en la web sin necesidad de descargarlos, lo que lo convierte en la opción preferida de los usuarios.

Para el cine también hay novedades. Se prepara un servicio de películas en «streaming» que ofrecerá los últimos estrenos de cine bajo suscripción, lo que apuesta por la integración del cine en la red.

Un grupo de periodistas y bloggers alemanes ha lanzado un manifiesto sobre el periodismo en internet que ha generado un intenso debate en la profesión. Éstos son sus postulados:

1) Internet es diferente. Los medios deben adaptar sus métodos de trabajo a la realidad tecnológica en lugar de ignorarla o cuestionarla.

2) Es un imperio mediático tamaño bolsillo. La web reorganiza las estructuras mediáticas trascendiendo antiguas fronteras y oligopolios. La publicación y distribución de los contenidos ya no está vinculada a fuertes inversiones.

3) Internet es nuestra sociedad y nuestra sociedad es internet. Si las compañías mediáticas quieren sobrevivir, tienen que entender el mundo de los usuarios y asumir sus formas de comunicación.

4) La libertad de internet es inviolable. Bloquear el acceso a internet corrompe nuestro derecho fundamental a acceder a un determinado nivel de información.

5) Es la victoria de la información. Los ciudadanos pueden informarse ahora mejor que nunca.

6) Los cambios de internet mejoran el periodismo. Ahora puede cumplir su vocación socioeducativa de una nueva forma. Quienes quieran sobrevivir necesitan nuevos ideales, nuevas ideas y ganas de explotar este potencial.

7) La red requiere trabajo en red.

8) Hay que recompensar por links o por ser citado.

9) Internet es el nuevo lugar para el discurso político.

10) La libertad de prensa significa libertad de opinión.

11) Más es más. No hay nada mejor que demasiada información.

12) La tradición no es un modelo de negocio. Los contenidos periodísticos en la red pueden ser rentables, pero deben adaptar sus estructuras. El periodismo precisa competir abiertamente para lograr buenas vías de refinanciación en la red, además de coraje para invertir en la puesta en marcha de esas soluciones.

13) El copyright se ha convertido en un deber cívico en internet. Es el eje de la organización de la información en la red. No se debe usar como excusa para salvaguardar mecanismos de suministro obsoletos y cerrar nuevas vías de distribución o licencias. Pero la propiedad implica obligaciones.

14) Internet tiene muchas monedas. Los servicios periodísticos on line financiados a través de anuncios ofrecen contenidos con un efecto multiplicador.

15) Lo que aparece en la red permanece en ella.

16) La calidad es la cualidad más importante. Los usuarios se han vuelto muy exigentes en este sentido.

17) Todos para todos. La generación Wikipedia sabe valorar la credibilidad de una fuente. No busca al periodista que lo sabe todo, sino que comunique e investigue.