Oviedo, Eduardo GARCÍA

La Universidad de Oviedo consiguió ayer uno de los mayores reconocimientos de su historia contemporánea al ser preseleccionada, junto con otras 14 universidades españolas, para optar al selecto grupo del sello de calidad del Campus de Excelencia Internacional, una convocatoria a la que se habían presentado 42 universidades públicas y 8 privadas de todo el país y que va a permitir a la Universidad asturiana acceder a subvenciones muy importantes de la Administración central.

Asturias logra además una de las 22 menciones del Programa I+D+i en el área científico-tecnológica de Energía, Medio Ambiente y Cambio Climático, una de las dos, junto con la de Biomedicina y Salud que la Universidad de Oviedo había presentado para su evaluación. La Universidad pide para poner en marcha este proyecto de investigación cinco millones de euros.

Pero queda un escollo importante en el camino hacia esas subvenciones que en el caso de Asturias podrían suponer hasta 69 millones de euros para financiar distintos proyectos de aquí al año 2012 (es la petición de la Universidad). Se trata de superar la evaluación de un comité internacional.

Para ello habrá que completar el proyecto, «hilar muy fino y desarrollarlo de manera más realista», en palabras de un ayer exultante rector, quien compareció junto a los vicerrectores de Internacionalización e Investigación, Ana Fernández y Santiago García Granda, y de la coordinadora del proyecto, Silvia Gómez. Estar en el «grupo de la Champions», por citar a la propia Ana Fernández, ha supuesto a la Universidad asturiana un «regalo» adicional de 200.000 euros para completar ese proyecto del Plan de Excelencia que hay que presentar en la última semana del mes de noviembre. La solución, el día 30 de ese mes.

Si la Universidad de Oviedo pasa este definitivo corte -y es muy previsible que lo haga- podrá optar en los próximos años a las subvenciones de ocho subprogramas que el Estado pondrá en marcha en busca de la excelencia universitaria española. En el proyecto presentado por la Universidad se calculaba en 109 millones de euros el coste del Plan Estratégico de la institución en Asturias, aunque en esa cantidad se incluyen las aportaciones económicas de la propia Universidad y las que puedan llegar del Plan Nacional de Investigación.

El programa Campus de Excelencia Internacional, patrocinado por los Ministerios de Ciencia y de Educación cuenta, entre otras vías de financiación, con un presupuesto de 150 millones de euros en préstamos que se concederán a las comunidades autónomas de las universidades seleccionadas en esta segunda fase.

Junto con la de Oviedo, las universidades elegidas son las de Córdoba, Granada, Sevilla, Cantabria, Barcelona, Valencia, Santiago de Compostela, la Rovira y Virgili de Tarragona, la Pompeu Fabra y la Autónoma, ambas de Barcelona, y las madrileñas Complutense, Politécnica, Autónoma y Carlos III. El objetivo de todas ellas, promover su reconocimiento internacional. Sólo siete comunidades autónomas han logrado meterse en el grupo cabecero (cuatro catalanas y cuatro madrileñas copan buena parte de la lista). Se queda fuera toda la comunidad de Castilla y León, así como Navarra, Aragón, Castilla-La Mancha, Baleares y Canarias, entre otras. La sorpresa negativa más significativa, la ausencia de las universidades del País Vasco. Entre las comunidades uniprovinciales solamente logran meterse en esta Primera División universitaria Cantabria y Asturias.

El Campus de Excelencia Internacional es un ambicioso programa estatal con el horizonte inicial de cuatro años en el que a través de distintas convocatorias de ayudas se va a primar a las mejores universidades del país y, dentro de ellas, a los distintos proyectos de mejora (investigación, docencia, infraestructuras...) que las instituciones presenten.

La Administración central también dio ayer lo que se da en llamar «menciones de calidad», una especie de segunda división de excelencia y que han sido para las universidades públicas de Málaga, Jaén, Cádiz, Zaragoza, Las Palmas de Gran Canaria, La Laguna, Salamanca, Burgos, Alcalá de Henares (Madrid), Navarra, País Vasco, Murcia y Politécnica de Cartagena, y para las privadas de Navarra, la Ramón Llull de Barcelona y la de la Iglesia de Deusto.

Entre los proyectos de I+D seleccionados junto con el de Energías Alternativas de la Universidad de Oviedo, que por cierto está previsto que tenga su sede en Gijón, el Estado se centró en un amplio espectro de posibilidades tecnológicas: sanidad (Granada), agroalimentación (cuatro universidades andaluzas), Patrimonio cultural (Huelva y Málaga), ciencia de los materiales (Zaragoza), Tecnología marina (Las Palmas), robótica (la universidad Carlos III de Madrid), y Ciencias y Tecnología de la Vida (Politécnica de Cataluña), entre otras.