Oviedo, E. G. / P. Á.

«No sé cómo vamos a pagar las nóminas de diciembre», afirmó ayer por la tarde el rector de la Universidad de Oviedo, Vicente Gotor. El equipo de gobierno de la institución académica anda preocupado porque un problema que ya comunicó al Gobierno regional a mediados de año continúa sin ser resuelto, pese a que el tiempo empieza a echarse encima.

La Universidad necesita en torno a 4,7 millones de euros para abonar la última mensualidad del año a su personal. Si el Principado mantuviera su resistencia, la Universidad se vería obligada a recurrir al endeudamiento solicitando un crédito. «La solución tiene que venir del Principado; lo deseable es que el Gobierno nos amplíe la subvención nominativa», subrayó ayer el vicerrector de Planificación Económica, Santiago Álvarez.

El pasado mes de julio, el Ejecutivo asturiano expresó sus reticencias a responder afirmativamente a la petición del equipo de Gotor. En aquel momento, fuentes del Gobierno argumentaron la necesidad de estudiar con más detalle las cifras facilitadas por la institución académica. Desde entonces, han transcurrido tres meses, pero la postura del Ejecutivo de Vicente Álvarez Areces no ha cambiado. Al menos, nada nuevo han transmitido a los responsables de la Universidad, según indicó el vicerrector de Planificación Económica.

Santiago Álvarez señaló que las predicciones de la Universidad están cumpliéndose mes a mes. Por lo tanto, a estas alturas del año la institución ya está en condiciones de estimar con mucha exactitud que para afrontar los pagos del personal correspondientes al mes de diciembre faltan alrededor de 4,7 millones de euros. Esta cifra viene a coincidir con la cuantía del recorte presupuestario que el Gobierno asturiano aplicó a las demandas de la Universidad para el ejercicio de 2009.

«Lo que habíamos pedido, algo más de 135 millones de euros, es lo que seguimos necesitando», afirmó el vicerrector del área económica. Según Álvarez, esta estimación puede experimentar alguna variación, derivada, por ejemplo, del plan de jubilaciones anticipadas de profesores, que generará un cierto ahorro en el último trimestre del año. Sin embargo, no es previsible que la modificación alcance un nivel sustancial.

Las conversaciones entre el equipo rectoral y el Ejecutivo autonómico están en marcha. Los interlocutores por parte del Gobierno son las consejerías de Economía y de Educación. Por el momento, no hay acuerdo. Con todo, el vicerrector da por hecho que «los trabajadores de la Universidad percibirán sus haberes». La plantilla de la institución está integrada actualmente por 3.044 trabajadores: 2.132 de docencia e investigación y 912 de administración y servicios (405 laborales y 507 funcionarios).

Estas estrecheces financieras pueden constituir un cierto entrenamiento para lo que espera al equipo rectoral en 2010. Areces ya les ha advertido de que han de diseñar un presupuesto con «crecimiento cero», es decir, de la misma cuantía que el del presente ejercicio. Al menos, la partida que aportará la Administración autonómica no aumentará.

Santiago Álvarez asume la filosofía de máxima austeridad, pero enfatiza que en el capítulo de personal es inevitable un cierto incremento del gasto derivado de los diversos complementos retributivos que percibe buena parte del personal en concepto de trienios de antigüedad, quinquenios de docencia y sexenios de investigación. Aunque el sueldo de los funcionarios fuese congelado, los mencionados pluses salariales implicarían un aumento del gasto en personal de 1,7 millones de euros a lo largo del año que viene.

Además, la implantación del «plan Bolonia» requerirá un aumento -no sustancial, pero aumento al fin y al cabo- de la plantilla docente. El vicerrector señaló que el equipo rectoral no aprobará el presupuesto de la institución para 2010 hasta que el Principado anuncie su aportación económica.