Ingeniero, premio de Investigación Científica y Técnica

Oviedo, Javier NEIRA

Martin Cooper, inventor del teléfono móvil, repartió ayer en Oviedo toneladas de optimismo. Los celulares, dijo, permiten mejorar la productividad, saber de los hijos, prevenir infartos, controlar el peso... ojo, la privacidad se esfuma, así que las aventuras amorosas peligran.

-¿Cuántas horas habla al día por el móvil?

-No muchas. Mis actividades empresariales han cambiado, así que no tengo tanto trato con la gente. El uso principal de la telefonía móvil en las empresas es hacer negocios con otras personas. Ahora hago, más bien, encuentros cara a cara. El móvil no permite captar los matices que percibes cara a cara. Calculo que hablo al día por el móvil unos 25 minutos.

-No es excesivo.

-Pero mi mujer dedica horas.

-Luego usted es rico, porque sin duda paga mucho.

-Es interesante observar que en EE UU cuesta mucho menos que en España hablar por el móvil. Mi factura más elevada no es la mía, sino la de mi mujer, mis hijos y mis nietos. Una factura enorme, pero no por mis minutos. Por cierto, hay periodistas bastante parlanchines y no tan tímidos como algunos que he visto aquí, así que he llegado a tener entrevistas periodísticas por teléfono de horas.

-¿Qué marca utiliza?

-Todas las marcas. Pruebo distintos teléfonos. Éste que tengo aquí no está aún en las tiendas. La empresa china que lo fabrica me ha pedido que lo pruebe. Siempre estoy examinando las últimas tecnologías, así que cambio de teléfono cada tres meses. Sigo usando Motorola, ahora van a sacar un nuevo móvil y lo tendré.

-¿Cada tres meses con lo complicado que es aprender a usar los nuevos móviles?

-Así uno permanece joven. Me gusta aprender. Nunca hay que estar satisfecho con el conocimiento que se tiene, hay que estar recargando siempre.

-Hablando de recargas, las baterías son el punto quizá más flojo de los móviles.

-Me gusta que me provoque un poco. Las baterías sí son un problema. Hay soluciones a corto plazo, como dispositivos que son como una alfombrilla y cargan el teléfono cómodamente. A largo plazo, el cuerpo humano es una fuente de energía y puede servir para cargar el móvil. Y hasta se podrá implantar el teléfono, quizá detrás de la oreja, y que el cuerpo lo cargue. Si baja la batería, se come una golosina y se recarga el móvil.

-Según un estudio, actualmente la principal fuente de divorcios son los móviles, ¿no le remuerde la conciencia?

-Sospecho que es por los SMS del marido. No es algo nuevo. Cuando teníamos los buscas, creamos uno con cuatro señales distintas. Y se hizo muy popular un chiste: la primera señal, de la oficina; la segunda, de la esposa; la tercera, de la amante, y la cuarta, del abogado de la esposa cuando ésta se entera de que existe la amante. El chiste tiene 50 años.

-¿Vamos hacia el ciberántropo, hacia el hombre máquina con implantes?

-En todo caso, la tecnología nos libera para realizar cosas de orden superior. No es nuevo. Nuestros antepasados realizaban todo tipo de tareas sin tecnología y apenas tenían tiempo para pensar y crear. La tecnología nos libera. Permite expandir la mente.

-Bell inventó el teléfono con hilos y la primera llamada se la hizo al presidente de EE UU, y usted, el móvil y la primera llamada la realizó a la competencia.

-Qué le puedo decir. El presidente de EE UU fue un factor muy importante en el desarrollo del móvil. Creamos la tecnología, pero nuestra competencia era la mayor empresa del mundo. Las decisiones sobre quién iba a proveer los servicios eran de los políticos. Mi jefe le mostró el teléfono al presidente de EE UU, que animó al correspondiente comité a tomar una decisión positiva. Supongo que eso influyó en el resultado, así que también en mi caso el presidente estuvo implicado en el origen.

-¿Qué presidente?

-Reagan. Además, mi jefe era amigo de Bush padre. Fue con su hijo a ver a Bush, que era entonces vicepresidente, y le mostró el teléfono y dijo que iba a enseñárselo al presidente. Lo mismo que ocurrió con Bell.

-Reagan, Bush... ¿el móvil es republicano?

-No vamos a empezar a hablar de política, mejor sólo de ciencia y de tecnología.

-Fijo, móvil, y ahora ¿qué?

-Se irá a dispositivos múltiples. Habrá muchos inalámbricos y primarán las funciones sobre las tecnologías. Las más importantes son hablar y escuchar. Pero también cuentan crecientemente las relativas al área de la salud y del entretenimiento. Este teléfono chino va a ser una televisión y veré mis programas con alta definición.

-En resumen...

-Mejorará la productividad, el tiempo será más útil. Mejorará también la educación y la seguridad. Y qué pensar de lo cómodos que se sienten los padres al saber que siempre se pueden poner en contacto con sus hijos.

-¿A qué aplicaciones en salud se refiere?

-Sólo hemos empezado a concebir esas posibilidades. Ya es factible cuantificar muchos parámetros corporales. Hay chalecos con sensores que logran medir hasta 39 funciones corporales distintas. Y ahora se podrá medir todo eso con un parche que se enlaza, mediante un teléfono móvil, con el ordenador de un médico. La atención sanitaria se va a revolucionar, porque la estancia en un hospital es muy costosa.

-Más ejemplos.

-En los infartos, 24 horas antes en el cuerpo se acumulan líquidos y se pesa más. El teléfono móvil del mañana tendrá sensores que detecten infartos. Así se podrá predecir y advertir al paciente a tiempo. Lo mismo vale para la diabetes. O para el control del peso, claro que en España, con la fantástica comida que tienen, no se cómo la gente consigue controlar su peso. Vamos a lograr una vida sana y larga y con una atención médica barata. Lo que ralentiza el progreso no son las tecnologías, sino la capacidad de las personas para asimilar las tecnologías.

-Hay sistemas que permiten pinchar 40 millones de teléfonos de forma simultánea.

-Es más fácil pinchar un teléfono fijo que un móvil. La señal de radiofrecuencia del móvil está encriptada y digitalizada. De todos modos, cualquiera que piense que existe la privacidad es un iluso. Quizá por eso el índice de divorcios es muy alto.

-¿Qué hay de negativo o desalentador en los móviles?

-El móvil es peligroso al volante, se dice. Cierto. Cualquier persona que hable mientras conduce está loco porque es terriblemente peligroso. Pero hay otros peligros al volante. En cuanto al escepticismo, en 1983, en Londres, nos dijeron que nuestro móvil no tenía mercado, que no interesaría a más de 2.000 personas. Ahora sólo en Londres hay 10 millones de móviles. Las personas como yo hacemos caso omiso a los agoreros.

-¿Qué pensó y sintió cuando le comunicaron que había ganado el premio «Príncipe de Asturias»?

-Pensé, primero, que era un gran honor. Pero tuve al momento una sensación de culpabilidad porque no creé yo solo el móvil, hizo falta la participación de mucha gente muy inteligente y muy agresiva. Siento ahora responsabilidad porque creo comprender el sentido del premio, la idea de crear modelos para los jóvenes. Me voy a tomar eso muy en serio, disfruto mucho hablando con los jóvenes.

-¿Incluso por teléfono?

-Por supuesto.