Oviedo,

Elena FERNÁNDEZ-PELLO

Oviedo, E. F. -P.

Adoptar en el extranjero es cada vez más complicado. Los países de donde llegan los niños están restringiendo su asignación y el elevado coste de la tramitación resulta inasumible para muchas familias. Eso explica, según la directora del Instituto Asturiano de Atención Social a la Infancia, Gloria Fernández, que por segundo año consecutivo en el Principado la adopción nacional supere la internacional. Durante la primera mitad del año llegaron a Asturias desde Asia, África y Europa del Este 25 niños; en ese mismo período 39 menores nacidos en España fueron entregados en acogimiento preadoptivo. La Consejería de Bienestar Social recibió entre enero y septiembre 59 solicitudes de adopción internacional y 74 de nacional.

Las familias asturianas han recibido este año a 8 niños llegados de China, un país en el que hace unos años era muy fácil adoptar y que ahora entrega a sus menores con cuentagotas. Los niños chinos que están siendo asignados ahora llegan tras cinco o más años de espera, según Fernández. Otros 7 menores aterrizaron en Asturias desde Etiopía, un país en el que están creciendo las solicitudes de adopción internacional; 5 llegaron de Rusia; 3 de Kazajistán, uno de Filipinas y otro de Nigeria. Parece ser, según la directora de Infancia, que en los últimos meses Latinoamérica, México y Perú, se ha colocado en el punto de mira de los adoptantes.

«Los tiempos de espera en los países de origen están creciendo mucho», observa Joaquín García, presidente de la Asociación Asturiana de Adoptantes, Asturadop. Hace apenas tres años, añade, «el 70 por ciento de los niños menores de dos años llegaban de China». Ante las trabas para adoptar en esos países, añade, «se están volviendo a casa».

El problema de la adopción nacional es que el «bebé ideal», que es el que espera la mitad de los aspirantes a padres, no es fácil de encontrar. La ley del embudo deja fuera de las listas de adopción a la gran mayoría de los 410 menores que en la actualidad viven bajo la tutela de la Administración. Por circunstancias familiares o de otra índole sólo 55 de ellos pueden ser entregados en adopción. Sólo el 13 por ciento del total es menor de tres años y entre ellos hay varios grupos de hermanos, casi la mitad son de etnia gitana y muchos están enfermos o sufren algún tipo de discapacidad.

Las expectativas de los adoptantes no se corresponden con las necesidades de los niños y lo demuestra el hecho de que a día de hoy 252 familias asturianas sigan esperando un bebé de raza blanca y sano que quizás tarde mucho en llegar. En lo que va de este año, de los 39 acogimientos preadoptivos sólo 8 fueron especiales, es decir, de niños mayores, de otra raza, con alguna enfermedad o de varios hermanos.

(Enero-septiembre, 2009)

Nacional

Solicitudes:

74

Acogimientos preadoptivos:

39, de ellos 8 fueron acogimientos especiales (niños con más de tres años, grupos de hermanos, enfermos o de otra raza)

Lista de espera:

252 adoptantes

Niños que pueden ser entregados en adopción:

55, de los que el 87% tiene más de 3 años y el 40% no es de raza blanca; algunos son hermanos y otros sufren una discapacidad o una enfermedad

Internacional

Solicitudes

59

Adopciones formalizadas:

25

Países de origen:

China (8), Etiopía (7), Rusia (5), Kazajistán (3), Filipinas (1) y Nigeria (1)

Nuevos países de adopción:

Etiopía es uno de los que recibe más solicitudes

Latinoamérica comienza a captar la atención de los adoptantes, en especial México y Perú

Gloria Fernández confía en la generosidad de las familias y ha emprendido una campaña para intentar acercar a los niños sin familias a quienes desean ejercer la paternidad. «Estamos haciendo un cuestionario de disponibilidad a los adoptantes y se alterará el orden de valoración (que hasta ahora era exclusivamente temporal) en función de las necesidades», explica.

El cuestionario plantea todo tipo de supuestos: ¿Le importaría adoptar a un niño con anticuerpos del VIH?, ¿de otra raza?, ¿un niño nacido de un incesto?, ¿un bebé en cuya familia biológica hay antecedentes de enfermedad mental? «Buscamos una familia para el niño, no al revés», afirma Fernández.