Vicerrectora de Internacionalización

Oviedo, P. Á.

Ana María Fernández García, vicerrectora de Internacionalización y Cooperación al Desarrollo, es una de las máximas responsables del proyecto que la Universidad de Oviedo ha presentado ante el Ministerio de Educación con el objetivo de ser incorporada al programa Campus de Excelencia Internacional. Este plan, que conlleva el acceso a cuantiosas subvenciones públicas, pretende situar a un grupo de universidades españolas en la élite de la enseñanza superior europea.

Los miembros de la comisión internacional que evaluará las propuestas de las 15 universidades públicas y 3 privadas que superaron el primer corte tiene a su disposición desde hoy la documentación completa de las candidaturas. El próximo día 25, los proyectos serán presentados públicamente en Madrid y en torno al día 30 se dará a conocer la resolución definitiva. En la entrevista que sigue, Ana María Fernández analiza el desafío que la Universidad de Oviedo afronta en estas dos próximas semanas.

-¿Qué significaría para la Universidad de Oviedo la inclusión en el programa de Campus de Excelencia Internacional?

-La inclusión definitiva supondría el refrendo para una institución que tiene sólidas aspiraciones de futuro. Reforzará su dimensión internacional, consolidará una línea de actuación para el corto y largo plazo y, desde luego, dará más confianza a la comunidad universitaria.

-¿Y para el conjunto de Asturias?

-Uno de los aspectos que se destacan en el proyecto es precisamente que no es sólo un sueño de futuro de una institución educativa, sino de una comunidad autónoma en su conjunto. Viene avalada por la confianza de doscientas instituciones, empresas, entidades y fundaciones que reconocen que lo que es bueno para la Universidad siempre será beneficioso para Asturias. Pero no se trata sólo de buenas intenciones o de una cuestión de confianza.

-¿Qué más hay?

-El proyecto se focaliza en dos ámbitos de actuación en transferencia de tecnología que son estratégicos para la región: la biomedicina y la energía. En un mundo globalizado, las regiones periféricas europeas debemos reflexionar sobre nuestras bases productivas y apostar por la innovación. Con empresas innovadoras, relacionadas con la investigación universitaria, con una interacción continua entre formación, investigación y transferencia, podemos apuntar a una renovación de nuestra base productiva y de nuestro tejido empresarial.

-¿Beneficiaría más a la docencia o a la investigación?

-El proyecto contempla muchas acciones, dirigidas fundamentalmente a docencia, investigación y transferencia, que se entienden como un todo. La formación de calidad, con una dimensión internacional, tiene el mismo peso que los temas científicos.

-¿Qué supondría la exclusión?

-Sería una decepción por el esfuerzo y las horas de trabajo que se han dedicado a este proyecto. Pero también es cierto que por primera vez en la Universidad de Oviedo tenemos un proyecto de futuro donde se articulan los mecanismos para mejorar en todos los aspectos, con metas muy ambiciosas.

-Han metido muchas horas.

-Sobre todo, nos ha permitido reflexionar sobre lo que hemos sido, analizar lo que somos y dibujar el retrato del mañana. El documento está ahí, es una hoja de ruta coherente, perfectamente justificada y que paliaría algunos de los problemas arrastrados históricamente por esta institución, como la dispersión de titulaciones afines o la atomización de centros.

-¿En qué aspectos prevé que hagan énfasis los miembros de la comisión evaluadora?

-Esos aspectos ya los conocemos porque fueron expuestos en las reuniones previas. Se valorará la especialización: las apuestas generalistas no se contemplan. Y también la agregación -en este caso con una agregación de todo el espectro social y económico de Asturias y con universidades con sello de excelencia extranjeras-, la internacionalización y la creación de campus didácticos.

-¿Qué son campus didácticos?

-Espacios permeables con el entorno de la ciudad, que tengan todos los equipamientos, que sean administrativamente eficaces, en entornos saludables con zonas verdes y donde el espacio universitario invite al conocimiento.

-¿En qué medida puede incidir la puesta en escena del acto de presentación?

-Realmente lo ignoro, pero creo que será importante demostrar que esta Universidad es rigurosa e imaginativa. Debemos ser capaces de transferir a los evaluadores el mismo entusiasmo con el que hemos trabajado durante estos meses.

-¿Cuáles son las principales fortalezas del proyecto de la Universidad?

-Las fortalezas ya han sido valoradas en la primera fase y las conocemos. La especialización en dos ámbitos donde tenemos investigación y transferencia de alto nivel es incuestionable y además tiene el respaldo social y económico. También ha sido muy valorada la apuesta por la internacionalización interna de la institución y por la mejora de su visibilidad internacional. La reorganización de los campus ha tenido una puntuación inmejorable porque es el camino por el que circulan todas las universidades de prestigio. Igualmente, la apuesta por un Centro Internacional de Posgrado y una Escuela Internacional de Doctorado, la captación de talentos o el énfasis en la empleabilidad se han subrayado como aspectos muy positivos, y realmente lo son.

-¿Puntos más vulnerables?

-Creo que no los tiene, quizás porque estoy demasiado involucrada en él. Los que podrían citarse son generales de la Universidad española en su conjunto por la propia perversión del sistema. Se insiste siempre en la necesaria transferencia de conocimiento desde la Universidad a la empresa pero, en la realidad, en la carrera académica sigue primándose, a través de los sexenios, la investigación desconectada de la innovación. Mientras esto no cambie, en España no se dará un paso de gigante en esta dirección.

-¿La dispersión de campus supone un lastre para la propuesta?

-La Universidad tiene una implantación en varias ciudades de Asturias y eso es bueno porque estamos presentes en el territorio en un modelo multicampus. Lo que sí soluciona el proyecto es la disgregación espacial de los centros de la misma rama de conocimiento.

-¿Cómo quedan estructurados los diversos campus en el proyecto presentado al Campus de Excelencia?

-Se proponen agrupaciones coherentes para aprovechar recursos y favorecer la investigación y el uso compartido de los equipamientos. Quedan agrupados por su rama de conocimiento.

-¿Son consistentes las críticas que apuntan a una postergación de las humanidades?

-El proyecto no se gestó de manera caprichosa, sino con un riguroso análisis de nuestras fortalezas. Esas críticas proceden del desconocimiento, porque el Campus de Excelencia se fundamenta en las agregaciones estratégicas con el tejido productivo y con la apuesta por la transferencia. En humanidades se hace una excelente investigación pero, por su idiosincrasia, la transferencia de conocimiento al ámbito empresarial es más reducida, y en Asturias muy limitada porque no hay por ejemplo grandes editoriales comparables a lo que supone Arcelor o HC en otro ámbito.

-¿Puede significar la incorporación al Campus de Excelencia un punto de inflexión en la tradicionalmente escasa implicación de las empresas en la actividad que se desarrolla en la Universidad?

-Sí. Hemos tenido la grata sorpresa comprobar la implicación del ámbito empresarial y la confianza que nos han demostrado.

«En la carrera académica sigue primándose la investigación desconectada de la innovación. Mientras esto no cambie, en España no se dará un paso de gigante en esta dirección»

«Las críticas por una supuesta postergación de las humanidades proceden del desconocimiento. En humanidades se hace una excelente investigación, pero, por su idiosincrasia, la transferencia de conocimiento al ámbito empresarial es más reducida»