Madrid

El Pleno del Congreso aprobó ayer el proyecto de reforma de la ley del aborto, que sitúa en los 16 años la mayoría de edad para decidir sobre la interrupción del embarazo y lo liberaliza hasta las 14 semanas. La nueva Ley obtuvo 184 votos a favor, 158 en contra y una abstención. Fue respaldada por PSOE, PNV, ERC-IU-ICV, BNG, Na-Bai y rechazada por PP, UPyD, UPN y CC. Ahora pasará al Senado para su aprobación definitiva.

En cuanto al grupo parlamentario de CIU, que tenía libertad de voto, se posicionaron en contra del proyecto siete parlamentarios -tres de CDC y cuatro de UDC-, dos votaron a favor y se registró una abstención.

La portavoz de Igualdad del PSOE, Carmen Montón, declaró en su intervención que «la libre maternidad para las mujeres» es «un derecho» y deja de ser, con este proyecto de Ley, «un permiso supeditado a la decisión de terceros».

«Legislamos el derecho de las mujeres a decidir sobre su maternidad», enfatizó Montón, para quien ayer se cumplió una «histórica» demanda de las «mujeres feministas». Durante su intervención acusó al PP de legislar atendiendo a «condicionantes morales y religiosos» cuando «lo que debe regir esta Cámara es la bioética y la Constitución», si bien reconoció que «nunca los avances sociales han sido fáciles y menos los que conciernen a los derechos de las mujeres».

La portavoz socialista lamentó que el PP haya revivido un «debate de hace 25 años», «amenazando con la inconstitucionalidad» e intentando «conseguir la legitimidad en los tribunales que la ciudadanía no les dio en las urnas».

El portavoz del PP Santiago Cervera acusó al Gobierno de haber utilizado este asunto «controvertido» para «recuperar el control de la agenda política» en el contexto de crisis actual y «paliar sus amplias incompetencias en otros ámbitos».

Cervera dijo a los socialistas que «no hay demanda social» para reformar la actual legislación, mientras que la nueva «banaliza el sentido de la vida humana», algo en lo que coincide con la portavoz de UDC Concepció Tarruella. Los populares creen que el Ejecutivo «confía en el enfrentamiento como método de autoafirmación», algo que consigue mediante «la transgresión de un sistema de valores».

El portavoz del grupo vasco Joseba Agirretxea justificó el voto positivo de su formación porque «es una ley mejor, más humana, más cercana y sobre todo más responsable, que se ha mejorado significativamente y en elementos claves».

Agirretxea destacó que la Ley se habría aprobado sin su colaboración y que decidió implicarse para poder incorporar cambios porque «la interrupción del embarazo no es, ni puede ser, un capricho».

El diputado de IU Gaspar Llamazares acusó a los grupos que han votado en contra de la Ley de querer «volver a los tiempos del silencio y de la represión», donde, «había más abortos y más mortalidad materna». Llamazares, igual que el parlamentario de ERC Joan Tardá, apostó por avanzar en la gratuidad de los anticonceptivos, en la despenalización total del aborto en la reforma del Código Penal y en que se pueda practicar sin alegar causa alguna hasta las 22 semanas.

Durante el debate parlamentario, en las inmediaciones del Congreso seis organizaciones contrarias al aborto se manifestaron con pancartas a favor de la vida y repartieron los denominados «Bebé Aído», réplicas de plástico de fetos de doce semanas.