Oviedo, P. Á.

La sanidad pública asturiana no dispone desde hace algunas semanas de cardiólogos especializados en niños. Así lo denunció ayer Carlos Galcerán, diputado autonómico del Partido Popular, quien precisó que la carencia de este tipo de especialistas está generando una «gravísima situación» para las familias afectadas.

En los últimos años, la cardiología infantil en Asturias ha sido atendida por dos profesionales del Hospital Central de Asturias, el único centro público dotado de esta subespecialidad a la que se suele acceder desde la pediatría o la cardiología. De esos dos médicos, uno de ellos fue jubilado de forma obligatoria el mes pasado, como consecuencia de la nueva norma del Principado que permite forzar el retiro de los facultativos que han cumplido 65 años. Pocos días más tarde, la otra especialista tuvo que acogerse a una baja laboral.

Galcerán subraya las dimensiones del trastorno que se causa a las familias con niños cardiópatas. «La sección de cardiología infantil del Hospital Central tiene una actividad asistencial con aproximadamente 4.500 consultas externas al año», enfatiza. Según el portavoz popular en materia sanitaria, los responsables del servicio de pediatría del Central habían advertido «de la necesidad de seguir contando con el profesional que ha sido jubilado hasta disponer de otro profesional contrastado que pudiera sustituirle». Sin embargo, prosigue el diputado del PP, la Administración ha optado por «hacer oídos sordos» a esta recomendación.

Carlos Galcerán señala que las consecuencias negativas ya han sido numerosas. «Niños y sus padres que han tenido que irse a sus casas, desde la sala de espera de la consulta, sin ser atendidos, y consultas programadas que han sido canceladas». Precisa el diputado del PP que «para la asistencia de los ingresados se está recurriendo a los cardiólogos de adultos, profesionales que no están habituados a la atención de pacientes pediátricos». Los populares reclaman a los responsables sanitarios «que pongan fin a esta situación lo antes posible» y agregan «es causa más que suficiente para que el consejero de Salud y la gerente del Sespa se vayan para casa».

La versión del Hospital Central de Asturias fue facilitada por César Morís, director médico, quien argumenta que la carencia de cardiólogos infantiles es la consecuencia de «una situación impredecible, como es una baja de una profesional» y agrega que «no se ha registrado ningún contratiempo reseñable».

El doctor Morís admite «algunas alteraciones en las consultas», pero añade que la atención ordinaria está siendo cubierta desde el servicio de pediatría y las pruebas diagnósticas más complejas desde el área de cardiología. Según el director médico, el Hospital Central está gestionando la incorporación de «un profesional experto» que se hará efectiva «en los próximos días».