Oviedo, Pablo ÁLVAREZ

Suspensión de dos años y tres meses de empleo y sueldo. Ésta es la sanción que el Servicio de Salud del Principado (Sespa) ha impuesto a un jefe de servicio del Hospital Central de Asturias por una supuesta vulneración de la praxis médica. El médico ha recurrido esta sanción -en realidad son dos expedientes que suman el citado castigo- y ayer se celebraron en Oviedo los correspondientes juicios. La sentencia será dictada en los próximos días.

Las sanciones a los médicos de la sanidad pública no son moneda corriente. En este caso, el hecho de que el expedientado y sancionado sea un jefe de servicio de larga trayectoria asistencial y académica convierte el castigo en un acontecimiento muy singular. Si la sentencia fuera condenatoria, el afectado tendría muy difícil el acceso a la cátedra de Medicina para la que está habilitado. De hecho, el mero expediente sancionador y la expectativa de un juicio le han impedido ocupar su plaza de catedrático en la Universidad de Oviedo.

El facultativo expedientado es el médico asturiano con mayor presencia y más impacto en el ámbito de las publicaciones científicas. Además, según los rankings basados en el «índice h», es el segundo investigador español más prolífico en el campo de la gastroenterología y la hepatología, sólo superado por Jesús Prieto Valtueña, médico ovetense que desarrolla su actividad en la Universidad de Navarra.

Los expedientes sancionadores guardan relación con las investigaciones del citado jefe de servicio sobre la enfermedad celiaca. Sus procedimientos científicos han recibido, al menos, dos denuncias por una hipotética falta de respeto a los protocolos a los que han de adecuarse estas investigaciones. Una de ellas fue formulada por un paciente que resultó afectado por un cáncer. La otra fue presentada por la Asociación de Enfermos de Crohn y Colitis Ulcerosa del Principado de Asturias (ACCU-Asturias). Ambas vienen a coincidir en que el médico incurrió en diversos errores de diagnóstico que resultaron perjudiciales para la salud de los denunciantes (en el segundo caso, para un grupo de enfermos de Crohn).

La situación deberá ser ahora evaluada por el juez. En medios sanitarios, la delicada situación en la que se ha visto envuelto el especialista es vista mayoritariamente con cautela. «Aun en el caso de que no hubiera hecho las cosas bien no será fácil demostrarlo», señaló ayer un buen conocedor del caso, en una síntesis que viene a ser compartida por otros observadores.