Oviedo, Pablo ÁLVAREZ

En el alud de sentencias judiciales caído en las últimas semanas sobre la sanidad asturiana, la Administración ha recibido, por fin, un balón de oxígeno sustancial: un juez ovetense ha avalado el polémico recorte de guardias médicas aplicado por la gerencia del Hospital Central de Asturias a finales de 2008.

Una sentencia del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 5 de Oviedo sostiene que el equipo directivo del Central no vulneró la normativa vigente cuando adoptó la citada medida, que fue llevada a los tribunales por el Sindicato Médico Profesional de Asturias (SIMPA). Fechada el pasado 21 de enero, la resolución del magistrado José Ramón Chaves establece que una decisión de esta naturaleza forma parte de la potestad organizativa de la gerencia del complejo sanitario ovetense. «Estamos ante simples medidas de organización del servicio», argumenta el juez.

La reestructuración de las guardias consistió, en unos casos, en la supresión de las mismas; y, en otros, en un cambio de modalidad. El SIMPA sostenía que esta reordenación requería, por una parte, recabar previamente la convalidación de la Junta Técnico Asistencial del centro sanitario -en la que están representados todos los estamentos sanitarios del hospital-; y, por otra, ser negociada con las organizaciones sindicales, pues el SIMPA considera que se trata de un cambio de las condiciones de trabajo. A juicio del Sindicato Médico, ninguno de estos dos trámites fue cumplimentado. La gerencia del Central dio luz verde a la modificación de las guardias el 24 de octubre de 2008. El fallo judicial señala que el pronunciamiento de la Junta Técnico Asistencial no era preceptivo.

La reestructuración de las guardias generó una controversia notable en el Hospital Central de Asturias. La medida impugnada por el SIMPA había consistido en la supresión de una guardia de presencia física, tres localizadas y una mixta (combinación de las dos anteriores), así como en la conversión de dos guardias de presencia física en localizada, una de presencia física en mixta y una guardia mixta en localizada. En los meses posteriores (pero ya fuera del ámbito de la demanda), la gerencia del Hospital Central suprimió otras ocho guardias localizadas y dos mixtas, y transformó una guardia mixta en localizada.

El equipo directivo del Central ha insistido en reiteradas ocasiones en que la estructura de guardias del complejo rebasaba las necesidades reales. Y ha subrayado que la medida no tenía una finalidad primordialmente económica. Sin embargo, sea o no la finalidad primordial, los cambios introducidos implican un ahorro sustancial. Se estima que, con los actuales precios de las guardias médicas, una localizada supone un coste anual de 81.000 euros; y una de presencia física, justamente el doble: 162.000 euros. Estas cuantías pueden equivaler, respectivamente, al importe de contratar uno o dos médicos.