Oviedo, E. G.

Tan sólo el 0,5 por ciento de las denuncias que llegan al servicio del Defensor del Profesor procede de Asturias. El Principado aporta, a falta de los datos definitivos que el sindicato Anpe, promotor de la iniciativa, presentará en los próximos días, apenas una veintena de casos sobre los más de 3.500 que fueron presentados en todo el Estado a lo largo del pasado curso. Las 3.569 denuncias tramitadas suponen 150 más que en el ejercicio académico 2007-08. De los casos planteados en Asturias, once fueron considerados graves.

Más de la mitad, el 54% de las denuncias por agresiones, coacciones, acoso y presiones de alumnos y padres de alumnos, afectan a profesores de Secundaria. La Primaria se lleva un 32% de los casos, y el resto va para Infantil. Cerca de la mitad de los profesores afectados presentaban cuadros de ansiedad, aunque tan sólo un 14% había logrado la baja laboral. Dos de cada diez profesores afectados tienen síntomas de depresión.

Para ANPE, las estadísticas no son malas del todo porque tienden a mantenerse, lo que ya es un triunfo. Sorprende las pocas denuncias presentadas desde Asturias y en ello tiene que ver, a juicio del responsable de este sindicato en el Principado, Gumersindo Rodríguez, el acuerdo de convivencia en los centros aprobado en 2007 y el posterior decreto de derechos y deberes, al año siguiente. «Y porque aquí, en Asturias, hay una tradición histórica de escuela y disciplina que no podemos obviar».

En las estadísticas del Defensor del Profesor, las agresiones de alumnos se reducen al 8% de los conflictos entre profesores y escolares, mientras que las agresiones de los padres son tan sólo un 3%. Los acosos de alumnos relacionados con las nuevas tecnologías (grabaciones, móviles, internet...) suponen ya el 6% de los casos, mientras que la gran casuística se agrupa en los «problemas para dar clase»: el 40%. Hay un repunte de las estadísticas relacionadas con los padres de alumnos y ANPE asegura que «hace falta un cambio de actitud de las familias».

Es significativo que el mayor nicho de violencia y conflictividad se da en 2.º y 3.º de la ESO, es decir, con escolares entre los 15 y los 16 años, que focalizan buena parte de sus esfuerzos boicoteadores en profesoras, lo que hace pensar en connotaciones de violencia de género. Hay otro apartado que llama la atención: ese 3% de las denuncias de profesores que tiene que ver con las presiones para modificar las notas.