Arzobispo emérito de Zaragoza

Las Palmas de Gran Canaria, Alberto GARCÍA SALEH

Elías Yanes Álvarez (Villa de Mazo, La Palma, 1928) fue ordenado sacerdote en 1952. Licenciado y doctor en Teología por la Gregoriana de Roma, en noviembre de 1970 fue consagrado obispo como auxiliar de Oviedo. Arzobispo de Zaragoza entre 1977 y 2005, presidió la Conferencia Episcopal Española de 1993 a 1999.

-Acaba de dictar una conferencia sobre la situación actual de la Iglesia. ¿Qué aspectos cree que deberían tenerse en cuenta?

-Hay que tener en cuenta que ha habido una evolución en la sociedad española que se inició a mediados del siglo pasado y que ha supuesto mutaciones importantes en el ámbito social, político, económico y cultural. Estamos en una situación diferente, donde lo importante es el mensaje cristiano, la luz del Evangelio o la revolución del Concilio Vaticano II, para enfrentarnos a un mundo de escepticismo, de falta de fe, de materialismo práctico. Ver a Jesucristo no sólo como un personaje del pasado, sino como alguien en el presente.

-¿Puede la Iglesia corregir su prohibición de que las mujeres accedan al sacerdocio?

-No creo y tampoco pienso que pueda tener sentido, porque la Iglesia no puede corregir lo que Cristo ha hecho. La Iglesia no tiene potestad para enmendar la plana tanto a lo que dijo Jesús como al magisterio del Papa Juan Pablo II.

-El Gobierno socialista ha incluido nuevos supuestos con respecto al aborto y la Iglesia se ha quejado. ¿No cree usted que la Iglesia está retrasada con respecto a las necesidades reales de la sociedad?

-O la sociedad retrasada con respecto a la dignidad humana. A medida que la ciencia avanza, ésta pone de manifiesto, cada vez con más datos, argumentos sobre la realidad de los comienzos de la vida del ser humano. Eliminar voluntariamente este proceso es acabar con una vida humana, y una sociedad que quiere desconocer esto es una sociedad que abandona aspectos éticos fundamentales. La Iglesia hace una crítica a esa sociedad y a lo que ella representa, a aquellos que quieran justificar una eliminación voluntaria de una vida humana.

-Los divorcios proliferan.

-Siendo fieles a la doctrina de Jesús, la Iglesia entiende que un matrimonio entre un hombre y una mujer debe ser de carácter permanente porque es la voluntad del Creador. El matrimonio dignifica a las personas y éste es un valor básico y fundamental.

-¿Aun a pesar del maltrato físico o psicológico?

-Sería demasiado largo hacer un discurso sobre el matrimonio cristiano, pero la casuística dice que eso no invalida la doctrina que he expuesto sobre el amor conyugal.

-¿Qué apreciación se tiene desde la Iglesia sobre la sociedad? ¿Es cada vez más reticente o cada vez más fiel a la religión católica?

-La sociedad actual tiene una serie de rasgos distintivos propios de cada época, y hay un sentimiento común de que ha habido un deterioro sobre religión en la sociedad europea.

-¿Existe alguna solución?

-Proclamar la dignidad de la persona humana, señalar que no hay ninguna ideología, ni filosofía que exalte tanto la dignidad del ser humano como el mensaje evangélico. En la medida en que el hombre vive los mensajes del Evangelio, el ser humano vive su libertad con dignidad y se siente llamado por la esperanza.