Madrid / Oviedo,

Agencias / E. F.-P.

El plazo medio de espera para una operación quirúrgica en España era, en junio del año pasado, de 63 días, el más breve desde 2003. La ministra de Sanidad y Política Social, Trinidad Jiménez, dio ese dato al finalizar el Consejo Interterritorial de Salud, reunido ayer en Madrid. En Asturias, según datos de la Consejería de Salud y en la misma fecha tomada como referencia, la espera era inferior, de 53 días como media, y el porcentaje de enfermos que llevaban más de seis meses esperando a entrar en el quirófano era inferior al uno por ciento, frente al cinco por ciento de media nacional.

Sin embargo, las últimas cifras, referidas al 31 de diciembre de 2009 y presentadas hace quince días por los responsables del Sespa (Servicio de Salud del Principado), no invitan al optimismo. La lista de espera en los hospitales asturianos aumentó el año pasado en 1.350 pacientes, hasta llegar a finales de año a los 16.820, lo que supone un incremento del 8,7 por ciento, y la demora media para operarse aumentó de 62,8 en 2008 a 66 días.

El Consejo Interterritorial de Salud también aprobó ayer los criterios para la distribución de un fondo de 20 millones de euros, a repartir entre todas las comunidades, para mejorar la atención a los pacientes crónicos polimedicados -los que toman seis o más medicamentos al día-. Asturias recibirá 483.897 euros para el desarrollo de este programa, implantado el año pasado.

La Ministra aprovechó el encuentro de ayer para dar la voz de alarma sobre el aumento progresivo de la prevalencia de la diabetes, constatado dentro de la actual estrategia nacional en diabetes. La enfermedad afecta a un seis por ciento de la población, dependiendo de las comunidades, tanto en adultos como en jóvenes y niños. Trinidad Jiménez responsabilizó de esta expansión de la diabetes, especialmente entre los niños, al «sedentarismo, la obesidad y la falta de ejercicio físico». La diabetes causó el 2,6 por ciento del total de fallecimientos ocurridos en España en 2006 y su incidencia es más alta entre las mujeres. A pesar de que cada vez son más los que la sufren, los expertos han observado un «notable descenso» de la mortalidad prematura por la enfermedad y en el porcentaje de complicaciones en el embarazo, el parto y el puerperio.