Puede que Buenafuente dé con la tecla para hacer una gala de los premios «Goya» ágil, que es lo que dicen los responsables del evento. Apuestan por la rapidez dentro de la «larga duración» del acto, que, además, este año se emite en la nueva TVE sin publicidad. Un arma de doble filo. La publicidad venía convirtiendo la fiesta del cine español en todo un maratón televisivo al hacer que se alargara la gala infinitamente. A la vez, los anuncios valían para que el telespectador cambiara de canal y ya no volviera hasta el final, cuando se dan los premios gordos. Este domingo se la juegan sin spots. Y eso quiere decir que todo, desde el primer monólogo que haga Buenafuente hasta el primer presentador del primer «Goya», debe de ser muy entretenido, muy ágil. De lo contrario, hay un alto riesgo de que quien maneja el mando televisivo apriete el botón y se vaya para un partido de fútbol o un resumen de la jornada y ya no vuelva hasta que Buenafuente se esté despidiendo y los ganadores posen para la foto de familia. El sopor, si lo hubiere, tiene estas bromas.