Oviedo, M. S. M.

«La destitución de José Naveiras no tiene vuelta atrás, es una decisión firme con la que se inicia un ciclo nuevo». La consejera de Cultura, Mercedes Álvarez, zanjó ayer así cualquier posible replanteamiento sobre el futuro de Pepe el Ferreiro y el Museo de Grandas.

Dicho esto, Álvarez, que informará el lunes en la Junta General de este asunto, en el transcurso de una interpelación, quiso aclarar algunas cuestiones: «El cargo de director del museo no es vitalicio», dijo. Reconoció a José Naveiras «el mérito de haber hecho una colección de patrimonio etnográfico con todo su empeño», pero también «con la aportación del dinero público siempre mantenida por los gobiernos asturianos fuesen cuales fuesen». La Consejera apuntó que sólo desde el 2001 se ha hecho una inversión en el museo de 1.600.000 euros.

La forma de gestión fue definitiva para el polémico desenlace, un modelo que, según la Consejera, no cumplía una serie de requisitos que se le pedían desde el consorcio, órgano que llevaba dos años sin reunirse. «Si tomamos esa decisión es porque no se podía hacer de otra manera», añadió. A su juicio, Naveiras entendía la dirección de un modo «personalista» y «no se encomendaba a nadie más que a sí mismo. Su negativa constante a colaborar con la Administración fue un ejercicio de desprecio», manifestó .

Esta actitud fue lo que impidió, según Álvarez, «una transición tranquila». Además, afirmó que los cargos de confianza se sustituyen cuando no se está de acuerdo con su forma de gestión. «El consorcio vio que no había forma de que esas normas que debe tener todo director de un museo fueran respetadas». Tras señalar que cualquier intento de solucionar las cosas fue inútil, añadió que eran contrarios a «hacer de altavoz de estas cuestiones que él conoce». «Ningún director de museo puede estar por encima de las normas y de la ley. Por el bien del museo hemos tomado esta decisión».