Madrid, Agencias

La mayor investigación llevada a cabo sobre medicamentos falsos hasta la fecha estima que este mercado ilícito puede superar en España los 1.500 millones de euros al año, el 14,3 por ciento del total del mercado negro europeo, que se cifra en 10.500 millones de euros.

Así lo indica el estudio Cracking Counterfeit Europe, encargado por la compañía biomédica Pfizer y elaborado en noviembre de 2009. El informe revela que los fármacos ilegales generan una enorme economía sumergida. Los más consumidos fueron los indicados para la gripe, con un 59,2 por ciento (el estudio se realizó en pleno auge mediático de la pandemia), para adelgazar (22,5 por ciento), para dejar de fumar (16,8 por ciento), para el dolor crónico (16,1 por ciento) y para la disfunción eréctil (14 por ciento).

El estudio fue presentado por el director de comunicación de la compañía, Francisco José García Pascual; la presidenta de la Sociedad Española de Médicos de Familia y Comunitaria (Semfyc), Ana Pastor, y el inspector de la Brigada de Investigación Tecnológica de la Policía Nacional, José Rodríguez.

El número de envases de fármacos falsos descubiertos en las fronteras europeas aumentó desde los 560.598 en el año 2005 hasta los 4.081.056 en el año 2007. Dicho de otro modo, se multiplicó por siete en dos años. En esta misma línea, Gunter Verheugen, vicepresidente de la Comisión Europea de Industria, anunció que 34 millones de pastillas falsas habían sido decomisadas en las fronteras europeas en los dos últimos meses, en octubre y noviembre de 2009.

Casi un tercio -29,8 por ciento- de un millar de españoles encuestados en el marco de la citada investigación reconoce haber comprado medicamentos de prescripción a través de prácticas inadecuadas o ilícitas. Esto significa que unos 11 millones de personas en nuestro país han practicado este consumo de riesgo. La media europea de personas que adquieren medicamentos de prescripción a través de prácticas inadecuadas o ilícitas es del 21 por ciento. España se sitúa en la cuarta posición, sólo por detrás de Alemania, Italia y Noruega.

Los resultados sugieren de manera «preocupante» que en España millones de personas acuden a internet para comprar medicamentos que deben ser prescritos por un profesional sanitario, aun cuando se estima que entre el 50 y el 90 por ciento de los fármacos comprados en la red son falsos. El 29 por ciento lo hace para ahorrar y uno de cada nueve españoles porque es más rápido y práctico.

García Pascual señaló que si bien dos tercios de la población (67 por ciento) no comprarían estos productos si supiesen que son falsos, un preocupante 13 por ciento de los encuestados manifiesta que esto no modificaría su intención de compra.

La presidenta de Semfyc advirtió de que estos fármacos pueden contener ingredientes nocivos como raticidas, ácido bórico o plomo; que lo habitual es que sean producidos por personas no cualificadas, en lugares poco higiénicos y que pueden incluir cantidades excesivas, insuficientes o directamente inexistentes del principio activo que deberían poseer. En consecuencia, alertó, pueden provocar graves daños a los pacientes e incluso llegar a causarles la muerte.