Oviedo, Eduardo GARCÍA

Ochenta países están representados en las aulas asturianas. Una ONU con mochila y libros de texto, pequeños ciudadanos que llegan -y no es una frase hecha- de los cinco continentes: de países enormes como China, Rusia o los Estados Unidos, o de pequeños estados como Belize, Barbados o Albania. La palma se la lleva Ecuador, con más de mil escolares en Asturias, desde Infantil a Bachillerato y a los módulos de Formación Profesional.

Los datos están extraídos de la estadística de enseñanza en Asturias, editado por el Sadei, y corresponden al año 2008, aunque las diferencias con el curso actual son mínimas. Colombianos, rumanos y brasileños ocupan las siguientes plazas del ranking de alumnado. Hay doce países que superan el centenar de alumnos, y otros 26 países que superan los treinta.

La globalización ha convertido la clase en un mundo de contrastes, razas y religiones, enriquecedor muchas veces, pero un problema para el normal desarrollo académico en otras. Nunca Asturias tuvo tanto escolar inmigrante como en este curso, más de siete mil según concretó el consejero de Educación en el pasado mes de septiembre. Y eso que Asturias es una de las tres comunidades, junto con Galicia y Extremadura, con menor presión de la inmigración en el sistema educativo. El alumnado inmigrante supone en el Principado un 5% sobre el total de los matriculados, cinco puntos menos que la media nacional y diez puntos menos que las comunidades con más escolar procedente de la inmigración, La Rioja y Baleares.

Cursan estudios no universitarios en España unos 750.000 niños y jóvenes extranjeros, de los que algo más de 300.000 pertenecen a la Primaria. En Asturias, esa Educación Primaria tiene representación de casi setenta países y es con mucho la de mayor volumen. El 80% del alumnado extranjero asiste a centros públicos en Asturias, dos puntos menos que la media nacional. La enseñanza concertada agrupa a más del 18%, cuatro puntos más que en el total de España.

De los diez países más representados en las aulas asturianas, seis son hispanoamericanos, uno asiático, uno africano y dos europeos, Rumanía y Portugal. Precisamente Rumanía cuenta con el mayor número de alumnos en Educación Infantil, mientras que Ecuador lidera las demás clasificaciones, salvo la de alumnado de los programas de Garantía Social y la de Formación Profesional de Grado Superior.

Un alumnado muy diverso que tiene por lo general un denominador común: muy pocos de los alumnos extranjeros que inician sus estudios en la Primaria en Asturias llegan a Bachillerato. Es cierto que se trata de un sector poblacional muy poco estable, pero también es verdad que la población escolar inmigrante protagoniza buena parte del fracaso académico en nuestras aulas. De cada 100 niños ecuatorianos de Primaria alcanza el Bachillerato apenas el 9%, cifras similares en el caso de los marroquíes o argentinos. Peor estadística tienen los niños rumanos, que llegan al Bachillerato algo menos del 5% de los que empiezan Primaria.

Hay cifras que meten miedo. De los casi 2.500 niños extranjeros que cursan la Primaria en Asturias, hay unos 240 que estudian Bachillerato y algo más de un centenar que llegan a los módulos superiores de Formación Profesional. Es decir, casi un 90% de los niños extranjeros no pasan más allá de la Educación Secundaria Obligatoria.

Hace ahora diez años, en el curso de las transferencias educativas al Principado de Asturias, había en la región algo menos de 300 alumnos extranjeros en Primaria y unos 250 en ESO. Desde entonces es una población que no ha abandonado una subida tendida, con algún pico que se podría explicar por causas de índole económica. Por ejemplo, el de los cursos 2002-03 y 2007-08 (unos 500 alumnos más tan sólo en Primaria y de una sola tacada).

Por otra parte el sindicato Comisiones Obreras de la Enseñanza convoca para el próximo martes, a las siete en Oviedo, una manifestación contra los proyectos de retraso en la edad de jubilación y en reivindicación de la prórroga de jubilaciones anticipadas del profesorado.