Oviedo, P. G.

El coro asturiano «El León de Oro», una de las formaciones vocales más reconocidas en el panorama coral nacional, y finalista del último Gran Premio Europeo de Canto Coral, dentro del «Florilège Vocal» en Tours (Francia), será el protagonista del concierto de abono de hoy de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA). A la batuta, el director titular de la formación sinfónica, Maximiano Valdés.

Los hombres del coro luanquín, «Asturiano del mes» de LA NUEVA ESPAÑA en marzo de 2009, compartirán la «Rapsodia para contralto» de Brahms con la mezzosoprano Anke Vondung, en la obra que abre el programa de la OSPA para hoy (sala principal del auditorio de Oviedo, 20.00 horas). Tras ella, la sinfónica asturiana interpretará «Paisaje con ruinas», en el que será el estreno en España de esta composición de Hersant.

Brahms cerrará el programa, tras abrirlo con la «Rapsodia para contralto, coro masculino y orquesta». En este caso, con la «Sinfonía n.º 4 en mi menor» del compositor alemán «Hamburgo 1833 - Viena 1897). Escrita entre 1884 y 1885, con esta obra Brahms alcanza la cumbre de su actividad creativa. Según los críticos de su obra, esta sinfonía es «su última gran obra», al considerarse que, en los doce años que vivió tras escribirla, no compuso «otras obras de importancia».

Compuesta sobre tres estrofas del «Hazreiser im winter» de Goethe, la «Rapsodia para contralto» que esta tarde interpretan la OSPA, Anke Vondung y «El León de Oro» nació de una experiencia desoladora para Brahms: los preparativos de la boda de Julie Schumann, hija de Clara y Robert Schumann, con el conde Marmorito. Una joven de la que, según la literatura musical, el compositor estaba secretamente enamorado, y que convirtió esta «Rapsodia» en una de las obras más dolientes de Brahms.

Un sentimiento que se muestra, en las tres partes que componen la obra -el recitativo, el arioso y el aria-, en la oscura voz de la contralto -mezzosoprano en este caso-, en un coro sin voces femeninas y en la gravedad de las cuerdas.