Madrid

Gérard Mortier, que ocupará su puesto de director artístico del teatro Real de Madrid a partir del próximo mes de septiembre, aseguró ayer que su «sueño» es «conseguir que Plácido Domingo venga a enseñar al teatro Real cuando decida dejar de cantar».

Así lo confesó en una entrevista con «Europa Press» en la que elogió al consagrado tenor madrileño. Mortier cree que el artista se planteará dentro de pocos años su retirada y afirmó que «Plácido Domingo es mucho más que un cantante». Precisamente, el coliseo madrileño ha programado la próxima temporada un concierto de aniversario en su honor en el que está previsto que vengan artistas de todo el mundo a rendirle homenaje.

Si algo tiene claro Gérard Mortier es que su intención al frente del Real pasa por objetivos concretos, como situar al coliseo madrileño entre los primeros teatros de ópera de Europa («podemos ser mejores que París», aseguró); hacer que Madrid sirva de «puente» con América Latina (al Teatro Colón de Buenos Aires viajará la producción del Real de «Aida» y a Brasil el «Don Quijote» de Halffter); y apoyar con decisión a los nuevos creadores.

En este sentido, Mortier adelantó que ya ha hablado con Mauricio Sotelo para poner música a una conocida obra de Federico García Lorca y también con la compositora sevillana Elena Mendoza, actualmente afincada en Berlín, para un trabajo en torno a textos de Onetti. «Mi intención es que cada temporada haya alrededor de tres estrenos absolutos de nuevas creaciones», señaló.

Al hilo de esto, el próximo director artístico del coliseo madrileño señaló que se ha puesto en contacto con Cristóbal Halffter pera llevar a escena su nueva ópera «Lázaro». «Es una partitura que me gusta mucho, aunque es una obra difícil y muy filosófica. Confío en que salga adelante para la temporada 2013-2014», avanzó. Entre esa larga lista de contactos también ha tenido una larga conversación con el realizador Pedro Almodóvar para quien, según Mortier, «es importante buscar una ópera que tenga mujeres con carácter».

Otro de los objetivos que se propone Mortier es «convencer al público de que un teatro moderno no es necesariamente provocador o chocante», dos términos que parecen perseguir al director belga.

A este respecto, lamentó la imagen que algunos periodistas han dado de él. «A veces me hacen sentir como si fuera un terrorista, pero sí que es verdad que me encanta excitar al público, ver la emoción de la gente, y me parece bueno también que algo no guste porque eso hace pensar. Cuando todo está bien resulta aburrido», afirmó.

Mortier consideró que el público del teatro Real «no es más conservador que el de otros teatros de ópera» y lo ha demostrado el éxito de producciones como «Katia Kabanova» o «Jenufa», ambas de Leos Janácek. «Creo que lo importante es el contacto con los espectadores. Al público sólo le pido que sea curioso y que no se cierre a lo nuevo», afirmó, añadiendo que siempre ha sido «muy gentil» con él.

Mortier, que calificó está primera temporada que presenta de «transición», ha tenido que lidiar con un presupuesto disminuido considerablemente debido a la bajada en las subvenciones de las administraciones, situación que se va a prolongar. Para combatir este problema, el belga tiene sus recursos como acudir a las coproducciones, fomentar el patrocinio y, sobre todo, tener «imaginación».