Copenhague, Efe

El estadounidense John Torrence Tate fue distinguido ayer en Oslo con el premio «Abel», considerado el «Nobel» de las matemáticas, por su influencia en la teoría de los números, que abarca los campos de la aritmética y de la geometría.

El «vasto y duradero impacto» de Tate en la teoría de los números ha abierto numerosas líneas de investigación sobre teoría algebraica de números y geometría aritmética, que muestran la «huella visible» que en las matemáticas modernas ha dejado este científico de 85 años, según el fallo de la Academia de las Ciencias y las Letras de Noruega, entidad que otorga anualmente el galardón.

Uno de los primeros hitos en una larga carrera científica de seis décadas fue su tesis de 1950 sobre el análisis de Fourier en cuerpos de números, que abrió una vía para la teoría moderna de las formas automórficas y sus funciones L.

Sus trabajos con Emil Artin han revolucionado la teoría global de cuerpos de clases basándose en nuevas técnicas de cohomología de grupos, mientras que con Jonathan Lubin se dedicó a reelaborar la teoría local de cuerpos de clases mediante una ingeniosa utilización de los grupos formales.

Los espacios analíticos rígidos, que han engendrado el campo de la geometría analítica rígida, son invención suya, al igual que el desarrollo de numerosas ideas y construcciones matemáticas esenciales, entre las que figuran la cohomología de Tate, el teorema de dualidad de Tate, el motivo de Tate y el módulo de Tate.

Tate nació en 1925 en Minneapolis (Minnesota, EE UU), y recientemente acaba de jubilarse de su puesto de profesor en la Universidad de Texas, donde ocupaba la cátedra de Matemáticas Sid W. Richardson desde 1990. Licenciado en Matemáticas por Harvard en 1946, y doctor en Princeton cuatro años después, Tate ha sido también docente en las universidades de Princeton, Columbia y Harvard, además de ejercer de profesor invitado en centros en el extranjero.

Es premio «Cole» (1956) y el reconocimiento a toda su carrera (1995), ambos de la Sociedad Matemática Americana, así como el premio «Wolff» (2003).