Bruselas

Los negociadores del Acuerdo Comercial Antipiratería (ACTA) -entre ellos la Unión Europea, Estados Unidos, Japón y Corea del Sur- aseguraron ayer que este pacto no creará la obligación para los países firmantes de cortar la conexión a internet a los usuarios que realicen descargas ilegales.

La octava ronda de negociaciones de ACTA, que comenzaron en 2007, concluyó este viernes en Wellington, Nueva Zelanda. Los participantes mantuvieron «discusiones intensas y constructivas» que permitieron realizar «progresos sustanciales» para reducir las diferencias en áreas como las sanciones administrativas y penales, las medidas en frontera y las medidas especiales para el entorno digital.

Acordaron que la próxima reunión se celebrará en Suiza en junio y «confirmaron su compromiso de continuar trabajando con el objetivo de concluir ACTA lo antes posible en 2010», según un comunicado conjunto difundido al término de la reunión.

«Aunque los participantes reconocen la importancia de responder eficazmente al reto de la piratería en internet, confirman que nadie está proponiendo obligar a los gobiernos a establecer un sistema de «respuesta gradual» o «tres avisos» (el sistema francés; el español plantea el cierre de webs) para las infracciones de los derechos de propiedad intelectual en la red», asegura el comunicado conjunto.

Además, «no hay ninguna propuesta para obligar a los participantes en ACTA a exigir a las autoridades aduaneras que registren el equipaje de los viajeros o sus dispositivos electrónicos personales en busca de productos que incumplan las normas».

Finalmente, ACTA no interferirá en el respeto de los derechos fundamentales y libertades de los ciudadanos y será compatible con las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) sobre propiedad intelectual, según el comunicado.

En respuesta a las acusaciones de secretismo y falta de transparencia en las negociaciones, los participantes en ACTA anunciaron que publicarán el borrador consolidado de las negociaciones el próximo 21 de abril. Los negociadores consideran que ello «ayudará a alcanzar un acuerdo final», pero dejaron claro que mantendrán la confidencialidad de sus respectivas posiciones negociadoras.