Oviedo, Elena FDEZ.-PELLO

«Los niños con altas capacidades son autodidactas, con una alta motivación, tienden a dispersarse y necesitan alguien que pueda dar respuesta a sus inquietudes». Paloma de Castro, presidenta de la Asociación de Padres de Alumnos de Altas Capacidades del Principado (APADAC), cuenta cómo a través de un convenio con la Universidad de Oviedo se proponen canalizar toda ese potencial a través de la figura del mentor o tutor educativo, un profesor universitario que guiará al niño en su aprendizaje, proponiéndole materias de estudio ajustadas a sus particulares intereses y talentos.

Cada participante en el programa, totalmente voluntario, tendrá su propio «mentor». Su función será, según De Castro, «abrirles nuevos campos de interés», ayudarles a elegir el área de conocimiento más acorde con sus inquietudes y enseñarles a profundizar en ella, con un proyecto individualizado y ajustado a las necesidades de cada chaval.

«No se trata de que los niños ingresen antes en la Universidad», aclara De Castro, sino de concentrar su atención y su inteligencia en un asunto concreto ofreciéndoles el acceso a vías de conocimiento que no encontrarán en el colegio.

La presidenta de APADAC observa que la dispersión, la dificultad para satisfacer sus expectativas y mantener su atención son causas del alto índice de fracaso escolar entre estos niños.

El convenio que contempla la creación de esta nueva figura, la del mentor, se firmará el próximo lunes. El acuerdo contempla también un proyecto de investigación, que aspira a convertirse en referente nacional, sobre los niños con altas capacidades y su entorno familiar, dirigido por los profesores de Psicología Evolutiva Francisco Martín del Buey y Ana Fernández Zapico.

La colaboración entre Apadac y la Universidad viene de lejos, con colaboraciones específicas con la Escuela de Magisterio, la de Ingenieros de Gijón y la Facultad de Psicología, donde se imparten talleres y se organizan actividades.

Por ejemplo, la Escuela Universitaria de Ingenieros Técnicos Informáticos de Oviedo Apadac ofrece desde hace tres años un curso de creación de videojuegos, que imparte su subdirector, Oscar San Juan. A la última convocatoria asistió una docena de niños de entre 10 y 15 años. «Muchos llegaban después de haber intentado crear en casa su propio videojuego», cuenta San Juan. Sus alumnos tienen inquietudes insólitas para su edad, dice, pero son «tan revoltosos» como cualquier chaval con sus mismos años.