Oviedo,

A. MENÉNDEZ / P. ÁLVAREZ

Tal vez no sea imposible, pero sí muy difícil. Las empresas encargadas de la construcción del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) no ven viable tener listo el edificio hasta -como pronto- el tercer trimestre de 2011, según señalaron fuentes consultadas por LA NUEVA ESPAÑA.

Si esta predicción se cumpliera, el Gobierno asturiano vería frustrado su sueño de presentar como gran logro el nuevo recinto completamente rematado en la campaña electoral de los comicios municipales y autonómicos previstos para mayo del año que viene. En este momento, las obras están ralentizadas, mientras las constructoras y el Gobierno regional mantienen un duro pulso para acordar los plazos y el sobrecoste de las actuaciones que están pendientes.

En la negociación que está en marcha, las posturas son nítidas: la unión temporal de empresas (UTE), integrada por Sacyr, San José y Sánchez y Lago, reclama más dinero y más tiempo; entre tanto, los representantes del Principado quieren reducir al mínimo el sobrecoste y tener concluida la infraestructura antes de que termine este año.

Este último objetivo parece arduo, pues hasta el momento se han ejecutado obras por valor del 70 por ciento del presupuesto y aún falta el 30 por ciento. Los responsables del Gispasa, empresa pública que impulsa las actuaciones, argumentan que los trabajos que restan son precisamente los más caros, que es otro modo de decir que las obras pueden avanzar con mucha más rapidez de la registrada hasta ahora. Si se cumplieran las aspiraciones del Principado, resultaría que el 70 por ciento del gasto se habría ejecutado en 58 meses y el 30 por ciento restante en 8 meses.

Lo que se sitúa fuera de toda duda es que el Ejecutivo asturiano no puede dejar que se demore demasiado tiempo la consecución de un acuerdo sobre el modo de afrontar los trabajos pendientes, que incluyen una nueva tanda de modificados que el Principado ha introducido en el proyecto. Según Gispasa, algunos de estos cambios obedecen a demandas de los médicos del actual Hospital Central. Otros, a innovaciones tecnológicas surgidas en los últimos tiempos. Un tercer bloque está constituido por modificaciones en el proyecto de urbanización de la zona sobre la que se levanta el recinto.

El pacto es el único modo de recobrar la velocidad de crucero que la Administración desea. Gispasa quiere cerrarlo este mismo mes, pero las empresas -y muy especialmente Sacyr- han puesto sobre la mesa una cifra próxima a los 60 millones de euros «para empezar a negociar». Esta cifra se sumaría a los 205,3 millones en los que se adjudicó inicialmente la actuación, y a los 54,5 millones del primer sobrecoste. De este modo, la nueva cifra de referencia de lo que puede ser la factura final del HUCA se eleva hasta los 500 millones de euros.

Desde el Gobierno regional se subraya que «ni de lejos» se aceptará la nueva demanda de las empresas. Luis del Rivero, presidente de Sacyr, mantuvo el pasado mes de febrero una reunión con el presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, a quien supuestamente exigió también el cumplimiento de supuestos compromisos sellados con anterioridad. Según testigos presenciales, la conversación se desarrolló en un clima tenso y bajo la amenaza -más o menos velada- del máximo responsable de Sacyr de paralizar las obras. La ralentización de las mismas es evidente desde las pasadas fiestas de Navidad.

El Gobierno regional se considera amparado legalmente para, en una situación extrema, prescindir de la UTE que ejecuta las obras y entregar los trabajos que quedan a otras empresas. Esta opción podría implicar a la unión de empresas que quedó clasificada en segundo lugar en el concurso que adjudicó la actuación, integrada por las empresas Fomento de Construcciones y Contratas (FCC), Coprosa y Construcciones Alfredo Rodríguez. Sin embargo, fuentes del Ejecutivo aseguran que esta opción no ha sido barajada hasta la fecha.