Los 91 años de Chavela Vargas pesan como losas sobre cada hueso de su cuerpo, pero la leyenda que cantó «Paloma negra» tuvo anoche suficientes fuerzas para presentar en persona el disco que sus ganas de vivir han querido que grabase. «¡Por mi culpa!» es, de momento, el canto de cisne de la artista que abrazó a Frida Kahlo, que llevaba pistola a la cintura, que agotó la última gota en las cantinas y que supo volver de los infiernos para cumplir un sueño más. Vuelve la reina, que, como dice, ya perdió la cuenta de sus discos.