Oviedo, M. S. M.

Un recital poético que repasó la obra de Miguel Hernández desde «Perito en lunas» hasta sus últimos poemas sirvió ayer de homenaje de la cátedra «Alarcos» al autor de «El rayo que no cesa», en el centenario de su nacimiento.

Protagonizada por los miembros del jurado del premio «Emilio Alarcos» de Poesía, la lectura se inició con dos poemas de larga repercusión: La «Elegía a Ramón Sijé» y las «Nanas de la cebolla». Los leyó la directora de la cátedra, Josefina Martínez, quien no pudo ocultar la emoción que le produjeron algunos versos: «Temprano levantó la muerte el vuelo/ temprano madrugó la madrugada...» en los que el sentimiento por la pérdida del amigo contagia ese dolor al lector «...que tenemos que hablar de muchas cosas/ compañero del alma, compañero».

Titulado «Viento del pueblo» como uno de los libros de poemas de Hernández, el homenaje repasó su vida y su obra. Si la viuda de Alarcos eligió versos «que siguen emocionándonos», la poeta Aurora Luque corroboró ese sentimiento. «Miguel Hernández sigue emocionándonos aunque nos sepamos de memoria sus poemas y nos parezca escuchar la voz de Serrat tras ellos». Luque eligió para la lectura «Yo no quiero más luz que tu cuerpo ante el mío», que le hizo evocar sus 17 años. Fue la dedicatoria que le escribió su primer novio en un libro. De «Otros poemas», leyó «Sino sangriento».