El productor y guionista de televisión, David Simon, recibió todo tipo de elogios por The Wire y su brutal visión de Baltimore, una ciudad envuelta en graves problemas sociales y con uno de los mayores indices de delito de Estados Unidos. Estos días se estrenó Treme, su nueva serie marca HBO, un canto a la supervivencia que tiene como fondo el principal escenario de la tragedia norteamericana del siglo XXI: la Nueva Orleans que resurge como puede de sus cenizas tras el Katrina.

Treme, pronúnciese «trimei», también conocido por sus versiones francesas de Tremé o Faubourg Tremé, es el nombre de uno de los barrios más antiguos de la ciudad y el que primero recibió población de negros liberados de la esclavitud. El último censo de 2000 recogía casi nueve mil residentes, pero con la desbandada del Katrina es presumible que en la actualidad no sean tantos. Treme linda al este con el turístico Vieux Carré, y sus fronteras son las de las de la avenida Esplanade y las calles North Rampart, St. Louis, y North Broad, familiares en el callejero para quienes conozcan Nueva Orleans. Cualquiera que haya estado allí y le picase la curiosidad por ver algo más que el bullicio de Bourbon St. seguramente no habrá podido resistir la tentación de darse una vuelta por Congo Square, el parque Armstrong o la avenida Claiborne. No tenga ninguna duda entonces de que habrá estado en el corazón de las brass bands, el creole y la cultura afroamericana. En Treme vivió el incomparable Louis Prima, que empezó tocando la trompeta en un grupo llamado Little Collegiates.

He visto el primer episodio de la serie de David Simon. Treme arranca tres meses después del desastre del Katrina. En ella se cuenta la lucha por la supervivencia de los residentes del barrio tras el huracán, sus angustias y ambiciones, sin dejar a un lado el poso de crítica y resentimiento hacia la actitud de las autoridades y su falta de previsión en relación a la catástrofe. Se trata de una historia, a simple vista, menos compleja que The Wire, pero que igualmente exige cierta inmersión para poder situarse bien en ella.

Por ejemplo, para que a uno le guste Treme tiene que gustarle la música que allí suena, pieza esencial del motor de la trama. Nadie está pidiendo sacrificios, porque se trata de la gran música sureña, la de Louis Armstrong, Dr. John, Allen Toussaint, Fats Domino o Louis Prima, con la incorporación de artistas actuales como John Boutté, que firma la sintonía con la que se abre la serie, o Kermit Ruffins, uno músico nacido en el barrio -lo mismo que el desaparecido Alphonse Picou-, Eddie Bo, Steve Earle o Lucinda Williams. Jazz, funk criollo, cajun, zydeco o el sonido de las orquestas de metales (brass bands) habituales en los desfiles y funerales que se celebran en Nueva Orleans. Precisamente en ellas se busca la vida el trombonista Antoine Batiste, encarnado por Wendell Pierce (Buck Moreland en The Wire) que toca donde sea con el fin de sacar adelante a su familia y que representa el alma de una ciudad destruida y abandonada a su suerte. Batiste, como otros muchos que volvieron a casa tras la devastación, intenta salir a flote sin renunciar a su estilo de vida. Regatea con los taxistas y no puede resistirse a los encantos de las mujeres. Su ex esposa, Ladonna (Khandi Alexander) admite que se ha casado con un maldito músico incapaz de soplar en la dirección adecuada.

El portentoso John Goodman interpreta a un profesor universitario, Creighton Bernette, indignado por la chapucera gestión gubernamental en la construcción de los diques y en la crisis tras el huracán. Steve Zahn es Davis McAlary, un Dj, que intenta proteger el legado musical de la ciudad y, a la vez, hacerse notar. Para ello no duda en abordar en un club a Elvis Costello, que, como Toussaint o Dr. John, se prestó a colaborar en la serie en con cameos. Otro de los personajes es Kim Dickens (The Blind Side, Lost), en el papel de Jeanette Desautel, una cocinera que intenta abrirse paso con su pequeño restaurante. Hay muchos más, entre actores y espontáneos de Treme, pero el personaje que más destaca es esa ciudad perdida y mítica que intenta sobreponerse a la devastación, la codicia y el abandono. Así que atentos a la pantalla, juega David Simon. (en España, en TNT)