Oviedo, A. MENÉNDEZ / P. ÁLVAREZ

No todo son modificaciones del proyecto, sino que también hay obra nueva, elementos constructivos no incluidos en el diseño inicial. Éste es el principal argumento que están empleando las empresas que levantan el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), según han señalado a LA NUEVA ESPAÑA fuentes próximas a las negociaciones. Las constructoras llegan a sostener que entre las nuevas peticiones del Principado figuran incluso edificios no previstos con anterioridad, precisaron las mismas fuentes.

Esta versión del duro enfrentamiento entre las empresas y el Gobierno regional arroja nueva luz sobre las tensiones que tienen absolutamente ralentizado el ritmo de construcción del HUCA en los terrenos de La Cadellada. El plazo de 58 meses otorgado a las empresas para ejecutar las obras concluyó el pasado 7 de abril y, sin embargo, están pendientes de llevarse a cabo actuaciones por valor del 30 por ciento del presupuesto.

La negociación parece casi bloqueada. ¿La causa? Los 35 millones de euros que separan lo que reclaman las empresas Sacyr, San José y Sánchez y Lago, y lo que ofrece Gispasa, empresa pública que impulsa la construcción del gran recinto sanitario.

Según observadores cercanos del tira y afloja, el Gobierno asturiano ofrece unos 25 millones de euros por la ejecución de esos cambios, mientras la unión temporal de empresas reclama alrededor de 60 millones. La cifra consensuada habría de ser sumada a los 205,3 millones en que se adjudicaron inicialmente las actuaciones y al primer sobrecoste, de 54,5 millones, firmado en 2008.

El debate acerca de si lo que está en discusión es una modificación o es obra nueva puede tener un calado relevante. El pliego de cláusulas administrativas que rige el contrato entre el Principado y las empresas establece que el contratista estará obligado a ejecutar las modificaciones que ordene Gispasa «siempre que el total de la valoración de las mismas, sumadas algebraicamente al resto del presupuesto, no sobrepasen en más o en menos el 20 por ciento del presupuesto de ejecución». Si se rebasa dicho porcentaje, las modificaciones «no serán obligatorias para el contratista, que podrá solicitar la resolución del contrato».

El pliego indica, asimismo, que una de las posibles causas de ruptura del acuerdo firmado consiste en «las modificaciones en el contrato, aunque fueran sucesivas, que impliquen, aislada o conjuntamente, alteraciones del precio del contrato, en cuantía superior, en más o en menos, al 20 por ciento del precio primitivo del contrato, con exclusión del IVA, o representen una alteración sustancial del proyecto inicial».

¿Y qué se dice acerca de las modificaciones que implican nuevas unidades de obra? El pliego señala que «los precios de aplicación de las mismas serán sometidos a arbitraje de la Fundación para Estudios sobre Calidad de la Edificación en Asturias, que estimará los precios de mercado de esas unidades de obra en Asturias con referencia a 2004».

Además, el dinero se correlaciona con el tiempo, ya que otro epígrafe sustancial del pliego administrativo concierne a los plazos. El documento indica que «las variaciones en el precio del contrato como consecuencia de modificaciones del proyecto acordadas por Gispasa supondrán una variación en la misma proporción del plazo de ejecución de las obras».

Aunque se trate de un puro ejercicio teórico, puede calcularse que un nuevo modificado de 60 millones supondría un 23 por ciento sobre los 259,8 millones del coste actual de las obras. Aplicado ese 23 por ciento a los 58 meses que constituían el plazo original, resultarían 13 meses más. Entre tanto, el Principado reitera con insistencia que es posible concluir las obras antes de que finalice este año.

El Gobierno regional no quiere oír hablar de obra nueva. Según la versión del Ejecutivo, la mayor parte de los cambios que forman parte de la negociación se derivan de peticiones de los médicos del actual Hospital Central, y otros -de menor envergadura, siempre según Gispasa- consisten en innovaciones tecnológicas que en el momento de la redacción del proyecto arquitectónico eran impredecibles.

En términos generales, el Principado asegura que, en torno al nuevo HUCA, «no es correcto hablar de sobrecostes, porque lo que se está haciendo es dar respuesta a lo que piden los médicos». Uno de los capítulos en los que se han incorporado modificaciones es el relativo a la urbanización del entorno del HUCA. Más en concreto, a la circunvalación del recinto y a los accesos al edificio.