Oviedo, J. B.

Segunda final y segunda jornada de éxito en el teatro Filarmónica. El certamen, organizado por el Ayuntamiento y LA NUEVA ESPAÑA, arrancó ayer con la agrupación polifónica «Centro Asturiano de Avilés», dirigida por Elena Muñoz. Más tarde lo haría su compañero de escenario, la «Coral Asturiana Enrique Montes», que dirige Enrique Montes Álvarez. Con ambos disfrutó el público y ambos respondieron con brillantez, con categoría, con sus buenos registros, como corresponde a una fase final. Por ahí anda el jurado devanando sus neuronas para puntuar, que los «niveles» de calidad suben cada día. Un dolor de cabeza constante deben de ser para los jueces los gaiteros, que ayer respondieron con el entusiasmo y brillantez de Rodrigo Fernández Joglar (también maneja el acordeón diatónico) y la excelencia y velocidad de un campeón del certamen como ya lo fue Rubén Alba.

La pareja de baile, Ramsés Ilesies y Maite Rozada, agradó y se vio respaldada por un grupo de seguidores, que sumó sus vítores a la ovación general.

Y la tonada comienza a ser mareante por la calidad de sus intérpretes. A estas alturas de la película ya todos afinan, no fallan, cantan magnífico. Abrió fuego Héctor Braga, un músico de varias disciplinas que resuelve este género con sobriedad y elegancia vocal; le siguió Silvia Suárez, que canta bien y también desarrolla su actividad en varios campos. De hecho, está recién salido de máquinas el álbum «Cantares de Degaña», uno de sus proyectos junto a la asociación de baile y danza tradicional «Filandón». El joven Álvaro Fernández Conde ya fue celebrado con grandes aplausos antes de concluir su segunda pieza. Y no es la primera vez que emociona con su estilo de cantar y se lleva las bendiciones del público. Culminó Andrés Cueli, que lleva una temporada fantástica. Y entre todas las categorías lucieron muchos clásicos de la música popular asturiana, como «Asturianina» y «A tu lado». O grandes cosechas de la tonada tales como «Pincheme con una espina», «Hay una línea trazada» o «Puente de Ribadesella». Sin olvidar floreos, sones y jotas.

La muestra estuvo protagonizada por el grupo de folk (aunque con sus tintes musicales de otros géneros) «Spanta la Xente», una banda llena de energía que combina muy bien la formación tipo de pop-rock (guitarras, bajo, batería, teclados) con los elementos folkys (gaita, flautas, violín), a lo que hay que sumar una voz cargada de sentimiento. Su editor, el gran Chus Pedro («Nuberu»), vio en ellos un nuevo soplo para la música asturiana y los fichó para su sello (La Mula Torda). Así se lo contó en directo al director de certamen, Carlos Jeannot. Han publicado un disco espléndido que abre con «Letavia», una preciosa melodía que bien podría ser tema central de cualquier superproducción cinematográfica. Tiene, además de ese aire de gran banda sonora y su belleza melódica, distintos tiempos. Se va de una parte sensible y melancólica a ritmos alegres, los mismos ritmos que acompañó el público haciendo palmas. No obstante, la banda de Pola de Lena ya se había ganado el favor de la afición con su anterior pieza, «El mio pueblu».