Oviedo,

Elena FERNÁNDEZ-PELLO

Cien niños compartirán hoy y mañana el escenario del Auditorio Príncipe Felipe, en Oviedo, con los maestros de la OSPA, la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias. Mientras los músicos interpretan las melodías de «Cascanueces», los escolares, alumnos de tercero a sexto de Primaria, los acompañarán con sus danzas y movimientos, con murales y decorados hechos por ellos mismos. Este es el segundo año del proyecto «Crear para aprender», que, según explicó la gerente de la OSPA, Ana Mateo, ha sido diseñado para «fomentar la creatividad de los niños, que aprendan a escuchar y pierdan el miedo a la música clásica».

Músicos y escolares apuraban ayer los ensayos, preparándose para el gran estreno. Hay programados cinco conciertos: hoy habrá dos en el Auditorio ovetense, mañana otros dos -ambos días a las diez y media y las doce de la mañana- y el sábado, a las siete de la tarde, otro más para las familias de los chiquillos en el teatro de la Laboral, en Gijón. A los espectáculos de Oviedo asistirán un millar de escolares asturianos, al de Gijón podrá accederse pagando una entrada de entre 12 y 15 euros.

Estos conciertos son la guinda de un programa educativo que se inició hace cinco meses, en enero, y que incluye tres talleres musicales y los ensayos generales, con los montajes de cada colegio y la OSPA, todo ello con la colaboración de músicos, pedagogos y los propios profesores de los centros participantes, que este año han sido cuatro: los colegios públicos de Villapendi, en Turón; San José de Calasanz, en Posada de Llanera, El Carbayu y Santa Bárbara, en Lugones.

La violinista María Larumbe, creadora y directora del proyecto, explicó que a lo largo de estos meses los niños han aprendido cómo se estructura una pieza sinfónica, se han familiarizado con los músicos y, sobre todo, han «aprendido a escuchar».

El madrileño Sergio Alapont, el director invitado que estará al frente de la orquesta durante los conciertos didácticos, reconocía que ésta es «una oportunidad maravillosa para fometar un público que es el futuro de nuestra música» y elogió la elección de «Cascanueces» para esta experiencia, «por su fantasía, creatividad y colorido».

Los niños se sintieron enseguida atraídos por la posibilidad de subirse a un escenario y participar en un mundo que es visto por ellos como «inaccesible», según una de las profesoras implicadas en el proyecto, Mercedes Velasco, del San José de Calasanz.

Este es ya el segundo curso de «Crear para aprender» en la escuela asturian, una experiencia que comenzó en 2009, con música de «El Carnaval de los animales».