Roma, Agencias

El Papa Benedicto XVI proclamó ayer, ante la multitud que le esperaba en la plaza de San Pedro del Vaticano, que «el verdadero enemigo que hay que temer y combatir es el pecado, el mal espiritual», y admitió que «a veces, por desgracia, contagia también a los miembros de la Iglesia». Más de doscientas mil personas llegadas de toda Italia se sumaron a la jornada de solidaridad con el Papa, organizada por las asociaciones laicas agregadas a la Conferencia Episcopal de Italia, con el propósito respaldar y hacer patente su apoyo al Pontífice tras los escándalos de pederastia en el seno de la Iglesia. A la convocatoria, un éxito a pesar del mal tiempo, respondieron también muchos representantes políticos italianos, entre ellos el presidente del Senado, Renato Schifani.

Desde el balcón de San Pedro, el Papa dirigió sentidas palabras de agradecimiento a los fieles congregados en la plaza: «Gracias por vuestra solidaridad», y les reconfortó ante los difíciles momentos que atraviesa la Iglesia: «No tengáis miedo, Jesús ha vencido el mal». La muchedumbre acompañó a Ratzinger, recién llegado de su viaje oficial a Portugal, durante el rezo del Regina Coeli, la oración que sustituye al Ángelus durante el tiempo de Pascua, ocasión que aprovechó para darle aliento ante la crisis abierta en el seno de la Iglesia por el asunto de la pederastia.

El Papa habló, visiblemente emocionado: «Hoy mostráis el gran afecto y la profunda cercanía de la Iglesia y del pueblo italiano al Papa y a vuestros sacerdotes que cotidianamente os cuidan, porque en el compromiso de la renovación espiritual siempre podemos servir mejor a la Iglesia».

«Nosotros cristianos no tenemos miedo del mundo, aunque debemos protegernos de sus seducciones», expuso. «Debemos temer el pecado y por este motivo estar fuertemente enraizados en Dios, solidarios en el bien, en el amor y en el servicio». «Es lo que la Iglesia y sus ministros, junto con los fieles, han hecho y continúan haciendo con compromiso por el bien espiritual y material de las personas en todas las partes del mundo», agregó.

El Papa exhortó también a los fieles a «continuar unidos con confianza en este camino», con la confianza de que «las pruebas, que el Señor permite, nos empujen hacia una mayor radicalidad y coherencia».