Gijón, Ángel CABRANES

Jorge Drexler presenta el sábado en el teatro Jovellanos, a las 20.30 horas, su último disco, «Amar la trama». Un álbum en el que ha buscado dar más protagonismo a los instrumentos de viento, «que tanto bien han hecho a mi música». El uruguayo se toma el concierto como una actuación «en casa», ya que sigue investigando sus posibles raíces en el pueblo de Cienfuegos, en el concejo de Quirós.

-Doce temas para amar, ¿qué es lo que trama?

-Desde luego, no los temas judiciales, que están tan en boga. El disco habla de amar la trama más que el desenlace. Más el trayecto que el punto de llegada. Lo único que tiene uno es el camino.

-Se expresa en el disco como un ciudadano del mundo, al estilo de sin patria ni bandera.

-No me defino así. No veo necesidad de definirme ni a favor ni en contra. No lo veo importante. Me gusta la ciudad de la que vengo, Montevideo, y la ciudad en la que vivo (Madrid). La acepción ciudadano del mundo es algo que me gusta, pero tampoco hago un esfuerzo enorme por para hacerla propia.

-En este disco le ha dado un mayor protagonismo al saxo.

-A los vientos en general. Están el saxo barítono, el tenor y la trompeta. Busqué, sobre todo, la sonoridad de los vientos, que también se mantienen en el directo. Los vientos tienen una elegancia y una proyección que le han hecho mucho bien a mi música.

-¿Qué ofrecerá en Gijón?

-Habrá canciones de mi nuevo disco, no todas, y una selección de temas antiguos o versiones que en algún caso no habían sido interpretadas en directo, pero pasadas por el sonido del nuevo proyecto. Con arreglos de viento y de marimba.

-¿Explicaría cómo es su proceso de creación?

-Me gusta cancelar los «shows» por unos meses para ir cogiendo un poco de ritmo compositivo, ir entrando en el autoanálisis e ir buscando cosas para saber lo que tengo y me interesa contar en ese momento.

-Este trabajo que presenta en Asturias incluye una colaboración Leonor Watling, su pareja. ¿Qué tal ha funcionado el dúo?

-Ella es una cantante maravillosa y creo que nos complementamos muy bien. Es una de las canciones que más me gusta del disco. «Toque de queda». Fue una canción escrita para su voz. Lo raro no es que ella esté ahí, sino que esté yo. Es un ejercicio de estilo del tipo de música que ella hace con «Marlango». Una visión de la milonga desde la óptica de Tom Waits.

-¿Su estilo de vida tiene que ver con su tipo de música?

-Es una vida aburrida, muy normal y muy corriente, que no creo que le interese a nadie, porque no tiene el atractivo que la gente puede atribuirle.

-¿Definiría al público asturiano?

-Tratar al público como una entidad homogénea es imposible. El segundo concierto que di en España fue en Pola de Siero, invitado por Joaquín Sabina, y me dejó un gratísimo recuerdo. Mi segundo apellido es Prada, y somos asturianos, del pueblo de Cienfuegos, conceyu de Quirós. De alguna manera siento que vuelvo a casa.