Oviedo, Pablo ÁLVAREZ

El Partido Popular de Asturias no se cree los detalles del segundo sobrecoste de las obras de construcción del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) ofrecidos anteayer por el Gobierno regional. Esta desconfianza obedece a que los populares consideran que la empresa pública Gispasa faltó a la verdad al explicar hace un año el primer modificado en la Junta General del Principado.

Los populares tildaron ayer de «tomadura de pelo» el procedimiento llevado a cabo por el Ejecutivo autonómico para introducir cambios en el proyecto de construcción del nuevo HUCA. Asimismo, subrayaron un dato en el que ven indicios de complicidad con las constructoras: que las empresas que llevan a cabo los trabajos reclamaron en el primer modificado unos 100 millones de euros adicionales y ésa es la cifra que, poco más o menos, han completado con este segundo modificado.

Las anteriores consideraciones fueron expuestas por el diputado regional del PP José Agustín Cuervas-Mons en el marco del intenso interrogatorio al que ayer sometió al gerente de Gispasa en el Parlamento regional. Alfonso de Carlos compareció ante la comisión parlamentaria que fiscaliza la construcción del HUCA en su calidad de autor de un informe técnico sobre las nuevas necesidades funcionales y mejoras del proyecto técnico de ejecución del futuro Hospital Universitario Central de Asturias.

De Carlos explicó de forma bastante pormenorizada los datos del segundo sobrecoste, que elevará -según el «principio de acuerdo» alcanzado con las empresas- el precio del HUCA en unos 36 millones de euros, hasta situarlo en el entorno de los 295-296 millones.

El gerente de Gispasa enumeró la relación de novedades que se introducirán en el proyecto, y explicó que en su mayoría obedecen a «cambios propuestos por los médicos del actual Hospital Central y al análisis de nuevas necesidades funcionales». Asimismo, enfatizó que dichos cambios «no podían haber sido previstos con antelación».

La diputada de Izquierda Unida Diana Camafeita preguntó a Alfonso de Carlos las razones por las que estos cambios no fueron incluidos en el modificado acordado en 2008. El responsable de las obras del HUCA señaló que era imposible realizar tal previsión debido, entre otros motivos, a determinadas modificaciones recientes en la urbanización de la parcela, a la posterior implantación de nuevas directivas y a una cartera de servicios supeditada a los avances de la medicina.

Sin embargo, el gerente de Gispasa negó tajantemente que se haya modificado «la estructura fundamental» del edificio y que pueda hablarse de obra nueva. A este respecto, precisó un dato referido al pabellón del antiguo Hospital Psiquiátrico que se prevé convertir en edificio de administración del complejo hospitalario: «Estaba previsto conservar la fachada, pero la estructura no es lo suficientemente adecuada y se ha solicitado una demolición parcial de la fachada, no total, por razones de seguridad».

Cuervas-Mons acusó a los dirigentes de Gispasa de hacer «trampas» en la gestión del proyecto. Y basó esta reprobación en una cuestión de fechas. Según el diputado popular, el 22 de abril de 2009 compareció ante la comisión de la Junta el responsable de la dirección facultativa de las obras y, al explicar el primer modificado, y ser preguntado acerca de si se esperaba un segundo modificado, respondió algo así como «puede que sí, puede que no».

Posteriormente, expurgando documentos de Gispasa, los representantes del PP comprobaron que el documento en el que la Consejería de Salud solicitaba a Gispasa un segundo modificado estaba fechado unos días antes de la citada comparecencia. De Carlos enfatizó que, en el momento de su intervención en el Parlamento regional, el responsable de la dirección facultativa aún no había sido informado de la petición de la Consejería de Salud.

El gerente de Gispasa hizo hincapié en la dificultad de construir «una ciudad para 7.000 personas» y argumentó que los hospitales que han sido construidos sin atender las directrices médicas «ahora están sufriendo graves problemas».