Oviedo, Eduardo GARCÍA

Son 166 profesionales para atender a unos cinco mil niños y adolescentes asturianos que requieren atención educativa especial, y a otros muchos que entran en la gran bolsa de la diversidad: situaciones familiares de riesgo, minorías étnicas o inmigrantes. «Hay un volumen importante de alumnos que, sin tener discapacidad, sí tienen dificultades graves de aprendizaje, con problemáticas muy severas, a veces», explican Ángeles Villaverde, directora del equipo de orientación de atención temprana de Gijón; Luis González, orientador del IES Doña Jimena, y Victoria Ortiz, del equipo general del Caudal.

Esos 166 profesores, psicólogos, pedagogos y trabajadores sociales dependientes de Educación, viven pendientes de la nueva distribución de recursos sobre Orientación Educativa. Los sindicatos se ponen en lo peor y denuncian que se prepara un recorte de puestos de trabajo. Desde la Consejería de Educación no se ha querido explicar a LA NUEVA ESPAÑA los detalles de ese futuro decreto regulador, pero el principal argumento de la Administración es el de reforzar el seguimiento del alumnado desde los 3 a los 18 años, es decir, a lo largo de toda su vida escolar.

Alrededor de un seis por ciento de los alumnos asturianos de Primaria tienen necesidades educativas especiales. Por cada niña que requiere esa especial atención en el aula se registran casi dos casos de varones. Un 40% de las necesidades educativas está relacionado con los trastornos de aprendizaje y desarrollo (más de 1.000 alumnos). Por otra parte, todos los cursos hay en Asturias cerca de 300 niños que requieren atención especial por su integración tardía en el sistema educativo.

La atención educativa especial alcanza en el Principado a unos 2.500 niños en Primaria -en la franja de edad que va desde los 6 a los 11 años-. Otros 700 tienen necesidades educativas en Infantil, y unos 1.500 en Secundaria. En total, casi 5.000 escolares sobre una población de unos 120.000 en Asturias.

Desde los sindicatos se barruntan medidas de recorte en presupuesto y recursos humanos. Las jubilaciones se amortizan, «Gijón ha perdido seis plazas en los últimos años», señalan fuentes sindicales. Los equipos de atención temprana, creados en 1992, «se supone que van a ser eliminados», así como los equipos generales.

La Administración pretende que cada orientador esté adscrito a un instituto, convertido en cuartel general para la atención de los colegios de Infantil y Primaria de su entorno. Hay en Asturias unos 150 centros que imparten ESO, de los que unos 90 son de titularidad pública. En la actualidad cada instituto ya cuenta con un departamento de orientación compuesto por un orientador, algunos profesores técnicos de servicios a la comunidad (PTSC), que son trabajadores sociales, y especialistas concretos entre la plantilla docente de cada IES.

Tan sólo en esa etapa de Secundaria, la ESO, hay en Asturias unos 450 alumnos con necesidades educativas especiales por discapacidad psíquica, más de 250 con trastornos de aprendizaje y desarrollo, y unos 150 con trastornos graves de personalidad. En su inmensa mayoría son casos heredados de Primaria, niños que son objeto de seguimiento desde sus inicios escolares.

Los sindicatos asumen que la reordenación que prepara con tanta cautela -y tomándose su tiempo, dicho sea de paso- la Dirección de Políticas Educativas no va a generar un solo puesto de trabajo. «El nuevo sistema recorta puestos y no supone mejora alguna en la atención al alumnado», a juicio del sindicato SUATEA.